-¿La llamo Megan Maxwell o por su nombre real?

-Megan está bien.

-¿Por qué el pseudónimo? ¿Hay algo de lo que esconderse, algo oprobioso en la literatura que hace?

-No. Me encanta mi nombre, muy español, pero tenía claro que si publicaba lo haría con otro, que llamara la atención, como Megan.

-¿Se siente mirada por encima del hombro por otros autores?

-Podría decir que sí y también que me da igual. El género romántico y erótico siempre se ha considerado de segunda categoría.

-"Subliteratura", según profesores universitarios y manuales?

-Que digan lo que quieran. Algunos culturetas piensan que otro tipo de novela es más cultivada, pero allá ellos?

-¿La novela erótica y romántica del siglo XXI es la versión actual de los libros de Corín Tellado?

-No. Las novelas de Corín Tellado eran geniales en su tiempo -ojalá yo vendiera tanto como ella, porque sería la bomba-, pero novelas como las mías reflejan a una mujer que no se siente inferior al hombre en nada.

-¿La aportación es una relación de igual a igual con el hombre?

-Totalmente. Durante años las editoriales rechazaron mis novelas porque decían que las protagonistas eran mujeres con un carácter demasiado fuerte. Me niego a no poner mujeres con un par de narices. ¡Ya está bien de ser las sumisas!

-Como aconseja la Iglesia católica?

-Exactamente. Y por eso creé a las guerreras Maxwell (una saga que ha dado nombre a las seguidoras de esta autora), porque las mujeres somos guerreras.

-Ha publicado más de diez novelas, si las cuentas no me fallan, desde 2012. ¿Es George Simenon, cobra por página, tiene un negro, no relee??

-Dieciséis. Y tiene su explicación. Publico desde 2009, pero llevo escribiendo veinte años, así que he ido haciendo muchas novelas que han quedado en el cajón. Ahora las voy sacando. Es mi momento y no soy tonta: aprovecho y tiro de todo lo que tengo?

-¿Una mujer que no le guste el color rosa ni visitar la peluquería todos los días es un bicho raro?

-Nada de eso. El rosa no es mi color preferido, voy a la peluquería tres veces al año y no soy un bicho raro.

-Siguiendo con los tópicos, el protagonista masculino de Melocotón loco es un bombero. ¿Por qué atraen tanto? No me dirá que por la manguera...

-La manguera hay que ver luego si funciona o no. ¡Vete tú a saber! Los bomberos son como mitos eróticos y lo hago también porque estoy un poco harta de novelas americanas con marines y demás.

-Ya que habla de los americanos. ¿Estaría donde está sin el fenómeno de las 50 sombras de Grey?

-Estoy donde estoy por el boom de Grey. Si no hubiera salido, nunca hubiera escrito novela erótica, porque lo mío es la comedia romántica. Fue Planeta la que me propuso hacer novela erótica. Dije que no, pero lo pensé, probé y ya he escrito cuatro.

-¿Su destinatario son las mujeres?

-Tengo claro que me leen muchas más mujeres, pero hombres también. Las mujeres sí que lo comentan en las redes sociales y los hombres me lo dicen en privado. Cuando les pido que me pongan el comentario en el muro, no quieren, para que los amigos no sepan lo que leen. Así que los tabúes ahora los tenéis vosotros.

-Las chicas de Melocotón loco se enfrentan al dilema del aborto. ¿Qué dirían de una ley que les impide hacerlo?

-Pues que siendo mayor de edad, coherente y una persona con derechos puedes hacer con tu cuerpo lo que te salga de las narices. Así de claro.

-¿Ser la autora más vendida en 2013 es un rasgo de normalidad o indica que algo no va bien en la educación y la cultura?

-Es una pasada, sobre todo. - indica que tengo un ejército de guerreras que es lo mejor del mundo. Muy fieles.

-¿Y por qué la eclosión de esta literatura?

-Porque las mujeres leemos mucho y nos encanta soñar; los hombres son más visuales y les gusta más mirar.

-¿Hay que tener muchas experiencias para escribir de erotismo?

-Te tienes que haber enamorado y haber pasado por todas las fases, pero no quiere decir que yo participe en tríos u orgías? Como si los autores de thrillers mataran a gente...