Patricia Gutiérrez Menoyo, hija del comandante español de la revolución cubana Eloy Gutiérrez Menoyo, fallecido en agosto de 2010, aseguró ayer en una entrevista telefónica con LA OPINIÓN, desde Puerto Rico, donde reside, que su padre debe de estar ahora en el más allá, con su buen amigo Gabriel García Márquez, celebrando, loco de alegría, la reanudación de las relaciones entre Estados Unidos y Cuba, rotas definitivamente en 1962, con el embargo comercial decretado por el presidente Kennedy.

-Su padre pasó sus últimos años en Cuba, apoyando el diálogo político que no llegó a ver en vida. Supongo que el miércoles habría sido el hombre más feliz del mundo.

-Cuando Barack Obama y Raúl Castro hicieron el anuncio conjunto del restablecimiento de las relaciones diplomáticas, pensé de inmediato que en el más allá mi padre estaría de regocijo, celebrando lo que tanto tiempo esperó y defendió, y por lo que recibió abundantes críticas cuando decidió regresar a Cuba para luchar desde dentro, por la vía del diálogo.

-Gutiérrez Menoyo era de los que respaldaban ese diálogo que no todos quieren, basta ver las declaraciones en contra del bando republicano de Florida, en particular del senador Marco Rubio.

-De mi padre aprendí que siempre es mejor hablar que no hablar. Los que están en contra son una minoría. Este proceso es imparable. Para muestra tenemos la declaración del propio presidente Obama y las muestras de júbilo en la isla. Los contrarios a esta medida deben darse cuenta de que si en más de cinco décadas no ha habido avances ya es hora de cambiar de estrategia. Además, la gente que más resentimiento pueda tener ya es muy mayor. Los hijos y los nietos piensan diferente.

-Pero Marco Rubio es joven y no oculta su oposición radical a la apertura...

-Tal vez, a veces a los jóvenes les cuesta ir contra la opinión de sus mayores. Obama ha ejercido su derecho, con una orden ejecutiva. Ahora queda aprobar el levantamiento del embargo de forma definitiva. Para eso tendrá que enfrentarse a un Congreso con mayoría republicana.

-El intercambio de presos entre EEUU y Cuba tampoco ha sido un acto banal?

-Todo lo contrario. Ese intercambio me parece muy justo. Es significativo que los presos cubanos canjeados tengan relación con ese nudo gordiano de la lucha anticastrista en Florida, esa estructura que surgió como producto de la industria del anticastrismo. Cuba nunca definió a esos presos como espías, sino como a personas que enviaron a infiltrarse en las agrupaciones terroristas anticastristas del sur de la Florida.

-Obama está respaldado por un importante lobby empresarial, del que forma parte Alfonso Fanjul,lobby el rey del azúcar.

-El respaldo de los Fanjul ha sido muy importante, como el de otras conocidas familias. Es curioso, porque ellos protestaron cuando mi padre se fue a vivir a Cuba. Ahora han dado ese giro de 180 grados, como otros miembros del exilio.

-¿Ha merecido la pena esperar cincuenta años para volver al punto de partida, cuando Estados Unidos y Cuba eran los mejores socios de la región?

-Cuba era la vitrina del Caribe, el país más avanzado de América. Lo importante es que se restablezca esa política de buena vecindad. Cuba tiene 38 puertos. El de Mariel, en proceso de remodelación, solo dista 145 millas de Texas. Cayo Hueso (Florida) está a 90 millas de la isla. Se reabren muchísimas oportunidades, aunque el embargo sigue, no lo olvidemos.

-En noviembre estuvo en La Habana, con el entonces cónsul americano, y ya embajador, para lograr que su padre y sus tíos descansen juntos en el panteón familiar del cementerio de Colón. ¿Las nuevas medidas facilitarán el proceso?

-Esa fue la última voluntad de mi padre. Mi tío Carlos murió en el ataque al palacio de Batista y el Gobierno cubano, sin consultarnos, sacó los restos del panteón para ponerlos en un monumento a los caídos que se encuentra en el mismo cementerio. Espero que ese deseo de mi padre se cumpla. Este tipo de apertura favorece que las cosas se hagan con menos tensiones.

-Su madre vive en Puerto Rico y tenía una casa en El Vedado. ¿Reclamarán las propiedades?

-Esa casa ya no es de mi madre. Yo no la quiero para nada. Nos ha ido bien. No vamos a ir a quitar nada a otros a los que no les ha ido tan bien.

-No todos serán tan generosos?

-Quienes reclaman nunca han viajado al país. Desde la distancia uno ve las cosas más grandes de lo que son. Tendrían que tocar a una puerta y encontrar una madre con varios niños del brazo. Si esas personas tienen un ápice de humanidad deberían meterse las manos en el bolsillo y darles 20 dólares.

-¿En qué va a cambiar la vida de los cubanos ahora?

-Los cambios no serán de la noche a la mañana. En realidad, todo este proceso se ha ido larvando desde 1978, con Carter.

-¿Es el momento de legalizar los partidos políticos en la isla?

-En absoluto. No es el momento de pluripartidismos, porque podría ser hasta desestabilizador. Antes de aprender a andar hay que gatear. Dejemos que los dos gobiernos conversen. Hasta ahora lo han hecho muy bien.

-España sí legalizó los partidos en su Transición.

-Pero España tuvo al Rey. Mi padre hubiese sido una excelente opción para mediar, pero se murió antes de tiempo. Él jamás hubiese traicionado a la revolución. Ese tipo de transición tiene que darse con cuidado.

-El Papa ha mediado...

-Su intervención ha sido fundamental. Lo adoro. En la Iglesia hacía falta un líder así.

-¿Y España? ¿Cuál debe ser su papel?

-El que siempre ha jugado en términos generales. España debe seguir ejerciendo sus buenos oficios, dejando que el pueblo cubano decida su destino. Para España esto es tan importante como los es para Estados Unidos. Hablamos español.