El primer mes del año es siempre un mes duro para el abogado coruñés Francisco Antas, pese a que han pasado ya casi cuarenta años de la atroz matanza en el bufete de Atocha el 24 de enero de 1977. Un acto de barbarie que hizo tambalear la transición democrática española. Y del que Antas salió milagrosamente vivo al abandonar el bufete madrileño diez minutos antes de que irrumpieran con ametralladoras los pistoleros que mataron a sus compañeros. Pero este enero de 2015 hurgó más que otros en la cicatriz. El modus operandi de los yihadistas que masacraron a los dibujantes de Charlie Hebdo fue casi idéntico al de los terroristas de extrema derecha que acribillaron a los abogados de Atocha.

"Sí, para mí fue escalofriante. Las circunstancias de la matanza en la revista Charlie Hebdo fueron muy similares a las del bufete de Atocha. En ambos casos, los pistoleros dispararon indiscriminadamente y a sangre fría contra el grupo de personas allí reunidas. Es inevitable que aquella pesadilla vuelva a revivir en tu mente", afirma el abogado coruñés.

Hacia las 9 de la noche del 24 de enero de 1977, el abogado coruñés Francisco Antas abandonó el despacho de la calle madrileña de Atocha donde trabajaba con otros laboralistas, casi todos ellos en la órbita del Partido Comunista. Se cruzó con otros abogados que subían a última hora al despacho y salió a la calle, ignorante de que en el rellano de la escalera se escondían varios pistoleros de extrema derecha.

Eran unos días muy tensos, en los que se habían producido muertes durante manifestaciones estudiantiles, oscuros secuestros de militares y estaba en su apogeo una huelga general del transporte que estaba siendo asesorada por los abogados del despacho.

Francisco Antas se fue a cenar a un restaurante cerca de la calle Atocha con otro abogado y una administrativa, prima de Cristina Almeida. El despacho se había convertido en aquellos momentos en un ateneo político, "ya que parábamos por la tarde media hora para merendar en una cocina que teníamos en el despacho y solían acercarse importantes figuras del PCE que acababan de llegar a España o de salir de la cárcel como Carrillo, Camacho, Santiago Álvarez o Ignacio Gallego".

Tras la cena, Francisco se fue a dormir a su casa. "Me despertaron unos golpes tremendos en la puerta a las 7 de la mañana. Era mi hermano, que había oído la noticia de la matanza en el despacho en la radio por la noche y había tenido que esperar hasta la mañana para hablar conmigo porque el edificio no tenía portero automático. Se había pasado toda la noche recorriendo hospitales para ver si yo estaba muerto o herido", recuerda el abogado coruñés.

"Yo había salido del despacho unos diez minutos antes de que los pistoleros entrasen y, después de juntar a todos los que se encontraban en el despacho, empezaron sin más con ráfagas de metralleta...", asegura Francisco Antas, que no es capaz de seguir hablando por la emoción que le embarga al recordar aquellos momentos terribles. "Ese horror es imborrable". La investigación policial se centró en el entorno de Carrés, un falangista del sindicato vertical de Transportes y "ahí se quedó".

"Pero todos sabemos que Carrés formaba parte de un entramado muy importante para cortar el proceso democrático, pero que la investigación llegase entonces hasta donde llegó... no es que no esperásemos más, pero sabíamos que la cuerda iba a romperse en una determinada altura. No sé si algún día se sabrá la verdad... quizás cuando no quede con vida ninguno de los implicados... pero será ya una cuestión para los historiadores", señala Francisco Antas, que ha conseguido ver la película de Bardem que recrea los trágicos hechos de Atocha.

"Pensé que iba a ser peor, pero pude verla, me emociono más al hablar de aquello".