-Para que se haga cargo del tipo de entrevista: ¿Sigue jugando al fútbol a los 71?

-Sigo de carrilero derecho, ahora juego media parte en el campeonato del mundo de médicos. Si algún mérito tengo es la constancia. Todo el mundo se cansa, yo sigo.

-¿Los pulmones de Messi tienen algo especial?

-Todo en Messi es especial y, como decía Hipócrates, con una parte genética y otra ambiental. Ahora bien, el tenista número treinta de la ATP jugaba con un solo pulmón sano. También al Papa le falta uno.

-Usted fue un joven médico de Podemos.

-Peco de justiciero. Cuando hay una injusticia, me planto allí dispuesto a todo. Soy muy rígido. Me multaron de estudiante, en la Jefatura de Policía guardan un expediente extenso de mis andanzas. Fui despedido durante seis meses por una reivindicación en 1974.

-No se puede prohibir a nadie que fume.

-Ahí está la Ley Seca. Hay que convencer, y no convencemos demasiado de la animalada del tabaco, que consume un 27% de la población. Estoy a favor de la legislación restrictiva porque ha funcionado, con un descenso en enfermedades asociadas. Los adultos dejan de fumar, pero se incorporan fumadores jóvenes.

-¿Churchill y Carrillo habrían vivido 120 años si no hubieran fumado?

-Es el complemento genético, la respuesta inmunológica. Ahora bien, el fumador está comprando muchos billetes para el cáncer o la EPOC. Yo fumaba, como todos, lo dejé a los 28 años cuando vi las barbaridades que el tabaco causaba en mis pacientes.

-Ha atendido a 130.000 enfermos, ¿a cuántos ha curado?

-Jajaja. De hecho, los médicos curamos a muchos, pero no definitivamente. Los mantenemos bien con pastillas, pero quienes curan de verdad son los cirujanos, que arrancan el mal.

-¿Los recortes matan?

-No tanto, soy un positivista. La medicina es muy cara, y hemos de rendir al máximo o gastaremos todo el dinero de toda la gente. Los recortes se han notado menos de lo que se dice, porque los trabajadores sanitarios se han entregado un diez por ciento más.

-El Rey no se operó del pulmón en su hospital.

-Fue al Clínic. No hay celos, pero el médico dijo que el nódulo pulmonar era granulomatoso, que quiere decir tuberculoso, por lo que es posible que don Juan Carlos no se hubiera tenido que operar. Se debió diagnosticar de otra manera.

-Ganó la cátedra en la Autónoma de Barcelona por méritos, no por oposición.

-Los españoles nos quejamos a veces de los políticos, pero seguimos sus pautas de conducta. Me presenté a las oposiciones cuatro veces, te enfrentas a un tribunal de siete tíos y sabes quién ha de ganar. Si no perteneces al clan, y yo soy un outsider, es imposible que accedas. Al valorar los méritos, fui el número uno de los profesores de todas las facultades.

-La meritocracia está en desuso.

-Y es la única forma de progresar. Somos peores que los protestantes, en Estados Unidos sería imposible confeccionar un tribunal tan ruin que todos sus miembros se prestaran al apaño. Los políticos son nuestros genuinos representantes.

-¿Cómo selecciona a un miembro de su equipo?

-Lo primero es que sea una buena persona, no conflictiva. Siempre les digo que Neumología aprenderán por narices, lo quieran o no, trabajando desde las ocho a las seis, aparte de guardias, sesiones y publicaciones. Lo fundamental es que no rompan el equipo y afronten la medicina de manera honesta, porque hoy solo se promociona a los médicos favorables a los laboratorios.

-¿Cómo despide a un miembro de su equipo?

-Nunca he despedido a nadie. Sus puestos son vitalicios, había quien presumía de que 'yo tengo plaza de las de Franco'. A lo sumo, hubiera despedido a dos o tres por no trabajar ni estudiar de manera eficiente, no por malas personas. Los extranjeros están encantados con la sanidad española, porque el médico marca en sus países una gran distancia con el enfermo.

-¿Los budistas son los únicos que saben respirar?

-A menudo un paciente me dice: 'yo no sé respirar'. Todo el mundo sabe respirar, salvo que tenga una enfermedad. Es como andar o pensar. Un bulo más, como afirmar que la leche es mala para los bronquios.