-¿Los lectores se conforman con la firma o le piden dibujos en las ferias del libro?

-Normalmente siempre hago algún dibujillo, pero es verdad que si te dedicas a hacer dibujos tardas más. El otro día Ibáñez decía que dibuja más en las firmas de libros que en su estudio (ríe).

-¿Y en la cola hay más Conchas o más Marianos?

-Ocurre una cosa muy curiosa y es que las mujeres te lo piden todo perfecto. Ahora, el hombre llega y dice: 'Hola, (cara de circunspecto) quiero que dedique un volumen de su obra a Lucindo, que no soy yo'.

-¿Se avergüenza?

-Cada vez menos, pero aún sigue habiendo caballeros de la mano en el pecho. Ten en cuenta que aquí todos somos Austrias, sin embargo, vosotras sois mucho más sueltas, lo cual me lleva a pensar, tras 52 años de profesión, que probablemente el sentido del humor es eminentemente femenino.

-Entendería la vergüenza si les firmaran 50 sombras de Grey

-¿Y qué te crees que es 50 sombras de Grey? (ríe) Yo no lo he leído pero por las pintas debe de serlo... Los humoristas empleamos nuestra parte femenina a la hora de hacer humor. Decía no me acuerdo quién, probablemente yo, que el humor es asomarse a la vida desde una esquina y verla de otra manera; para Mihura el humor era alejarse diez pasos de uno mismo y verse, que no está mal pero es complicado a determinadas tallas. Al final, la vida es como una película, que siempre acaba mal porque la palma el protagonista, y tienes tres opciones: rebotarte, enloquecer o reírte, sobre todo de ti, y yo creo que la más óptima es reírte.

-¿Algún libro que recomiende ahora mismo?

-Pues venía leyéndome uno fundamental, Navegando por el mar del vino. Por qué los griegos son importantes, de Thomas Cahill. Te enseña la Grecia de la cual descendemos todos y te pone los puntos sobre las íes de por qué somos así. Nosotros, los iberos, somos un grupo exacerbado de gente que pensamos como los griegos, hablamos como los romanos, contamos como los fenicios, cantamos como los árabes y nos insultamos como los aztecas y los toltecas, con lo cual podemos decir que somos polisanguíneos y no hay nada más tonto que alguien que diga que es un nacionalista en la vieja Iberia.

-Habiendo leído El Quijote

-Mira, Madrid tiene un gravísimo problema de deterioro. Hemos tenido la mala pata de no tener ningún alcalde o alcaldesa que haya amado de verdad a Madrid. Esta señora que hay ahora dice que ve limpia la ciudad, y hay 400 personas menos limpiando, somos sucios, no nos han enseñado a amar lo que tenemos, y se está retrayendo el turismo. Y esto lo han montado para que las pobres monjitas, que fueron las que perdieron los restos de Cervantes y los cambiaron de sitio, ahora tengan una gabela de entrada que paguen los turistas para que venga más gente.

-¿Y que diría Cervantes?

-Lo puse en un chiste, él asomado a una nube y diciendo: '¡Ahí va! Qué barullo se ha armado y no soy futbolista?'. Cervantes era un ser humano excepcional, era un socarrón, que es un sistema de humor muy solidario porque siempre se compara. Don Quijote y Sancho son Cervantes los dos. Mucha gente dice que el héroe es Don Quijote pero yo creo que va cambiando, bastantes veces el héroe es Sancho. Por ejemplo, cuando gobierna la ínsula Baratería el tío era un gobernante excepcional. Ya quisiéramos que nos gobernara Sancho. Mira que titular te he dado (ríe).

-Desde luego. Hablando de gobiernos, ¿ya tiene preparada la viñeta del 25 de mayo?

-No, no, eso sobre la marcha. Hombre, cualquier persona de la cultura en España ya sabemos más o menos lo que vamos a votar. Lo decía Luis Landero, que ha habido gobiernos en España que parece que basan su acción de gobierno en una conspiración contra la cultura. Es tremendo.

-Esta semana Rajoy pidió que confiaran en él...

-Hombre, lo ha dicho de una manera absolutamente socarrona. Creo que no hay que tomarlo como análisis político, sino como una coña, porque hay una cosa a favor de Rajoy, que reconozco que tiene sentido del humor, cosa que, por ejemplo... Mira, te voy a poner un ejercicio de agudeza sociológica: si yo te digo que todos los presidentes de Gobierno han tenido sentido del humor excepto uno...

-Aznar...

-¿Y por qué ya sabes que es Aznar si no te he dicho ninguno? (ríe) A mí Aznar me dio la condecoración más grande que puede recibir un intelectual en España: invitó a todos los humoristas gráficos a varias cenas y a mí, nunca. Fíjate qué lujo poder decirlo. Claro, que a lo mejor no me invitó por si no iba.

-Bueno, usted ya es honoris causa por la Universidad Miguel Hernández. ¿Cuál será el próximo reconocimiento?

-Pues mira, tengo un honoris causa y ya no quiero más. No quiero entrar en la Academia (RAE), hay mucha gente que quiere que entre y yo he dicho que no. Me daría una vergüenza tremenda estar yo ahí y no Landero, o Millás o Vicent. Que no, por Dios.

-Pero se lo han propuesto.

-Claro, 80 veces. Como estuvo Mingote, lo lógico es que hubiera alguien ahí dentro relacionado con el humor. Y luego, dentro del gremio, el que más zirlollos con las palabras ha montado he sido yo, la verdad sea dicha.

-¿Alguna palabra nueva de Forges este año?

-Listófono, en vez de smartphone, o el gilinglish, que es el lenguaje comercial. Ahora mismo hay 8000 comercios en España con un cartel que dice: Mother Day. ¡No seas paleto! ¿No es el día de la madre?

-El martes Ibáñez llegó al Congreso por la censura en TVE a Mortadelo y Filemón.

-Creo, de verdad, que el humor es muy importante, y una de las cosas que demuestra la baja calidad de la política que tenemos en España es la falta de sentido del humor. Humor sin agredir y sin ofender.