La mejor noticia, en algunos casos, es que no haya noticia. Así lo aseguró el delegado del Gobierno en Galicia, Santiago Villanueva, en su comparecencia ayer, en la que minimizó como "pequeñas incidencias" los escasos problemas registrados durante la jornada electoral en Galicia. En general, reinó la tranquilidad.

Pero la jornada dejó anécdotas de diversa consideración. Dos detenciones, una en la parroquia de Baamorto, Monforte (Lugo), a una presidenta de mesa que se negó a asistir al colegio y en Cambre (A Coruña), a un vecino por votar dos veces, fueron los hechos más graves. El juez decretó el arresto de la monfortina por un delito electoral y tras prestar declaración, fue puesta en libertad. El otro arrestado en Cambre fue acusado de un delito de usurpación de estado civil, al intentar votar por segunda vez con la identidad de otro individuo. En Baiona, además, apareció una pintada en un colegio que fue borrada.

Todo se quedó en un susto, pero en el municipio de Meaño se registró una pequeña trifulca cuando acusaron a un apoderado del PP de meterse prácticamente en la cabina de voto para aconsejar a una persona a coger una papeleta.

Entre las anécdotas de papeletas que dejó el día, una de las más evidentes ocurrió en Vigo. El nombre del candidato de Ciudadanos a la Alcaldía de Vigo que renunció a finales de la campaña electoral, Jorge Portela, encabezaba las papeletas de su partido, por delante de la número dos, Josefa Casado, que lo relevó oficialmente el pasado día 13. La falta de tiempo para imprimirlas de nuevo parece haber sido la causa.

Otra historia reseñable sucedió en una mesa urbana de A Estrada, cuando una mujer depositó al mismo tiempo dos papeletas en las urnas. Cuando los integrantes de la mesa percibieron su acción, la mujer explicó que sí metió dos votos: "Uno es para José López (PP), al que voto como alcalde, y otro para José Antonio Dono (PSOE), porque me cae bien". Aunque en principio se barajó impugnar la urna, finalmente este recurso quedó pendiente del escrutinio definitivo y en función de si es o no decisivo el voto.

Otra elección, como la del transporte, también capitalizó diversas anécdotas en la jornada: es el caso del padre de una pequeña censado en Cangas, que acudió a votar con su hija en caballo. También se vieron muchos carritos de bebés y pequeños en bicicletas que llegaron con sus padres a las mesas electorales. Tampoco faltaron las mascotas. Algunos votantes eligieron llevarlas en la mano hasta la urna, mientras que en otros colegios varios canes esperaron en la puerta de los colegios electorales a que sus dueños ejercieran el derecho a voto.

Los festejos son compatibles con la celebración de la jornada electoral, como demostró una niña en O Grove, que acudió con su madre a la cita con la urna vestida con su traje de Comunión. Otras familias acudieron con sus hijos justo antes de que hiciesen la Primera Comunión. Ocurrió en Cambados, cuando dos familias acudieron a votar con sus hijos vestidos para la celebración. Primero llegó un niño vestido de marinero, y unos diez minutos después, una niña vestida con un largo vestido blanco.

Algunas monjas ataviadas con sus hábitos también ejercieron su derecho a voto en mesas gallegas.

En Vilagarcía también ocurrió una graciosa anécdota. Pasadas las once de la mañana, un grupo de jóvenes irrumpió en un colegio electoral. Tras una larga noche de fiesta decidieron ir a votar juntos. Pero no pudieron hacerlo al equivocarse de colegio.

Y para alegría la de una mujer de Pontecesures. Pasó el día de su cumpleaños en una mesa electoral, pero llevó mucho mejor el trance con el regalo de cumpleaños, un bonito ramo de flores, que le llevaron al mismo colegio.

Y para enfado el de una mujer de Cambados que llegó a votar y no pudo hacerlo. Minutos antes había votado su hermana y en el colegio electoral anotaron por error a esta última con los datos de la primera. Una llamada a la junta electoral de zona permitió arreglar el entuerto.