Por desarrollar métodos para enfriar y atrapar átomos con luz láser, el físico francés de origen sefardí Claude Cohen-Tannoudji compartió el Nobel en 1997 con William D. Phillips y Steven Chu. Aunque no se siente un domador de átomos, su trabajo posibilita controlarlos y manipularlos, lo que mejora la precisión de los relojes atómicos y, de paso, de tecnologías que ya utilizan los ciudadanos, como el GPS. El Nobel, invitado de este año del programa ConCiencia, que organiza la Universidade de Santiago en colaboración con el Consorcio de Santiago, ofrecerá hoy a las 19.30 una conferencia en el Auditorio de Abanca, tras cargar ayer contra los recortes y advertir que, de seguir así en Europa, en 30 años Asia liderará la investigación científica.

-¿Qué es lo más importante para un trabajo de Nobel? ¿El equipo, los medios, el tiempo o la libertad?

-Comienzo por la libertad. La selección también. Hay que escoger a los mejores y darles un marco de libertad y medios para hacer la investigación y no forzarlos sobre un programa. Ahora lo que es dramático es que se da dinero para cierto programa, pero habría que guardar una parte para este tipo de equipos.

-La ciencia es importante en la educación de los niños, defiende.

-La ciencia es una escuela de espíritu crítico y de respeto del otro. Cuando el científico obtiene explicaciones correctas y verificadas, son aceptadas por los otros. No es su opinión personal. Por eso creo que desarrollar en los niños el camino científico de observar, hacer hipótesis, testarlas, discutirlas con otros para ver si son correctas, es una buena protección contra el fanatismo, el oscurantismo y el fundamentalismo que por desgracia ha aumentado en el mundo actual.

-Cada vez los conocimientos se especializan más. Ya no parece posible un Leonardo da Vinci...

-Creo que hay que desarrollar la cultura, la educación, y me siento deprimido porque la semana pasada el Gobierno en Francia hizo nuevas leyes para la educación y suprimió el griego y el latín en el instituto. Es cultura e importantes para entender la historia. Creo que es necesario hacer una enseñanza que sea abierta y que permita a las diversas sensibilidades enriquecerse. El humanismo es importante. Hacer una enseñanza únicamente utilitaria es dramático. La enseñanza debe guardar la apertura de espíritu y desarrollar el esfuerzo personal de reflexión. No es necesario acumular informaciones sin digerirlas, sin asimilarlas.

-Hay que tener en cuenta cuál es el paradigma de éxito hoy...

-La imagen del éxito es la persona que tiene dinero, pero no es la ideal. Hay que transmitir a los niños que hay cosas más importantes en la vida, como entender, hacer las buenas preguntas y hacer un esfuerzo personal de mejora.

-Convencerles de que es mejor ser científico que futbolista...

-Es difícil. Porque ven que los jugadores ganan mucho. Eso es catastrófico. Me deprime el ideal superficial que se propone. Quizás habría que emitir más programas con el relato de la vida de Leonardo, de Newton, de Einstein..., personas verdaderamente destacadas. En cientos de años no nos acordaremos de Zidane o del presidente de la República francesa, pero de Da Vinci, Einstein o Mozart nos acordaremos siempre.

-En el banquete del Nobel deseó luz. ¿Podrá vencer a la oscuridad?

-Eso espero. A la oscuridad y al oscurantismo. Porque la luz es entender, es ver los fenómenos. El oscurantismo es como una capa de plomo que nos impide reflexionar.

-Los científicos tienen una responsabilidad...

-Por supuesto, todo científico espera que sus descubrimientos no sean usados para el mal. Eso está claro. Pero es difícil impedir que alguien lo haga. La sed de conocimiento, la curiosidad, es una cualidad profundamente humana. No podemos bloquearla. Si lo hacemos, si impedimos a la gente intentar entender el mundo en el que vive, el resultado es el fanatismo, el oscurantismo, el fundamentalismo.

-Si la ciencia pretende explicar el universo, ¿puede darnos una respuesta a la pregunta de por qué estamos aquí?

-Sería muy pretencioso. Creo que iremos comprendiendo mejor cómo funciona la vida, la conciencia, pero cuestiones de ese tipo, metafísicas, no estoy seguro de que la ciencia sepa responderlas. Creo que en lo hay que centrarse es en desarrollar la ética. Es necesario que los científicos sean éticos, que no intenten usar sus descubrimientos para hacer bombas, y es necesario que sean modestos, que no crean que lo saben todo, y que respeten a los otros. La ciencia es una escuela de modestia porque uno intenta entender y se da cuenta de que hay muchas más cosas que no entiende que las que ya logró entender.

-Tener un premio Nobel garantiza que se le escuche. ¿Pero no hay grandes olvidados?

-Es verdad. Aunque pueda parecer pretencioso creo que el Nobel está exagerado. Hay mucha gente que hizo cosas extraordinarias que no lo llevó. No sé por qué adquirió una importancia mediática tan desmesurada. Hay muchos científicos de gran valor que hacen cosas importantes de los que no se habla. Y además es un carga pesada de soportar. Porque a menudo se piensa, y es una catástrofe, que un Nobel puede opinar sobre todo, y no es verdad.