Presenta su novela El castillo de diamante con dos mujeres protagonistas del siglo XVI que romperían con los cánones actuales. Un libro femenino, que no feminista, de un insaciable lector que acumula premios como escritor. Solo sobre santa Teresa ha leído cientos.

-Sobre usted dicen que mezcla el esperpento valleinclanesco con el humor cervantino. ¿Está de acuerdo?

-La mejor manera de hacer comprensible la época era rendir un homenaje a la literatura española clásica. Está muy presente la picaresca, el Quijote, el esperpento de Valle-Inclán, los libros de caballería, la poesía de Garcilaso de la Vega o Fray Luis de León... Esa es la razón.

-Sus protagonistas, Ana de Mendoza y Santa Teresa de Jesús, consiguen abrirse paso en un mundo que pretende aplastarlas. ¿Considera que esa situación de la mujer perdura en la actualidad?

-Más que aplastar a las mujeres este mundo castiga a las personas con creatividad. Ellas eran mujeres que no se conformaban. Santa Teresa se hace monja, pero al darse cuenta de que tiene una vida mediocre, rutinaria y sin horizontes, decide cambiar y romper esquemas. Con la princesa Éboli ocurre parecido. Ella pertenece a una familia del más rancio abolengo, la casa de Mendoza, pero cuando se da cuenta de que el Rey pretende que los nobles tengan menos preponderancia para tener él más poder, ella lucha por mantener el prestigio de su familia. Hoy en día aún es mucho peor para las personas que no se conforman.

-¿Es un libro feminista?

-No, es un libro de exaltación femenina, un libro femenino en el que se trata de mostrar a dos mujeres muy distintas y con intereses diferentes, pero dos mujeres brillantes, inteligentes, humanamente muy valiosas. Todos los ismos son ideologías y me parecen peligrosos.

-Qué pocas mujeres ha dejado la Historia...

-Muy pocas y eso que en España hay mujeres extraordinarias, grandes heroínas como Isabel la Católica, Agustina de Aragón, Mariana Pineda... Personajes interesantísimos, aunque la mujer en la Historia lo ha tenido siempre más difícil.

-En la historia y también en el presente.

-Indudablemente, porque a una mujer no se le respeta en su integridad. Vivimos en un mundo monstruoso, pero hay mujeres extraodinarias y las protagonistas de El castillo de diamante son de las más extraordinarias. Santa Teresa de Jesús es la mujer más atractiva de toda nuestra historia, muy excepcional. Es desconcertante, insólita, seductora, con una originalidad extrema.

-Impacta escuchar a alguien describir de forma tan precisa a un persona que no ha conocido. ¿Cómo ha sido esta investigación?

-Me he leído cientos de libros sobre ella. La conozco muy bien. Me fascinó hace diez años porque revoluciona la literatura. Es el primer escritor en lengua española que no pretende ser un literato. No pretendía mostrar su arte ni impresionar. Era una escritora natural, que crea belleza desde la espontaneidad.

-¿Considera que la Iglesia ha contado con demasiado poder históricamente en España?

-Sin duda. La Iglesia tiene poder sobre las almas y eso es bueno. Pero el problema es cuando ese poder se utiliza mal. Y evidentemente las jerarquías eclesiásticas han empleado ese poder mal y en la vida de Santa Teresa lo vemos claramente.

-¿Conoce las polémicas palabras con las que el arzobispo de Valencia, Antonio Cañizares, ha descrito a los refugiados?

-Cañizares ha dicho una evidencia. En primer lugar los sirios solo son un 30% y ahí se está colando gente de todo tipo. Hay fotografías de yihadistas que lo demuestran. En estos momentos por toda Europa hay cientos de yihadistas dispuestos a cometer atentados o crímenes que se han colado entre los llamados 'refugiados sirios'. Cañizares ha dicho una evidencia denunciada por gente muy diversa.

-Pero luego rectificó.

-Se ha acobardado ante esa reacción monstruosa de lo políticamente correcto. Apoyo completamente al pueblo sirio porque son ejemplares como convivencia de religiones, pero no tiene nada que ver con que se estén colando yihadistas en estas oleadas de gente. No veo el problema en sus palabras. ¿Le parecen escandalosas?

-¿La Iglesia no es la institución que debe tender la mano?

-Sí, pero no podemos caer en el buenismo. El nuevo orden mundial quiso destruir Siria y Europa colaboró. Esos señores sufren por culpa de nuestros gobiernos. Cañizares es un hombre sincero y a él le movió la sinceridad. Hay que ser cautos y ver quiénes son exactamente. Tenemos un compromiso con quien sufre, pero tenemos que tener cuidado con no meter al enemigo en casa.

-Más que "compromiso", obligación porque lo marca el Derecho Internacional.

-Claro, pero lo que hay que hacer es ir allí a combatir al Estado Islámico. Rusia lo está haciendo y está siendo boicoteada porque no quieren combatir al EI porque a EEUU le interesa. Cañizares estaba alertando sobre una realidad.

-¿España vive un momento incierto políticamente?

-Hay cansancio de la política, la gente está harta del bipartidismo y ahora están confiando ciegamente en las nuevas formaciones que no son más que marcas blancas que el sistema propone para desviar el descontento y mantenerlo dentro de las coordenadas que interesa. El descontento del PP a Ciudadanos y el descontento del PSOE a Podemos. El problema fundamental es que las llamadas 'democracias' son todo lo contrario al poder del pueblo. El poder político está sometido al Dinero -así, con mayúsculas-, que es el que rige los destinos de los pueblos. Hasta que algún día surjan gobernantes fuertes que le planten cara al capitalismo financiero.