Edurne, que saltó a la fama tras su paso por Operación triunfo, publica su primer libro, en el que desvela su forma positiva de ver la vida y sus estrategias para superar los malos momentos. Cantante y presentadora, la madrileña explica su forma de afrontar la vida y lo bien que le va a ella, que no deja que lo negativo le robe más tiempo que el necesario para volver a levantarse.

-Su libro El cóctel de la felicidad

-Yo siempre he sido así, también he pasado momentos duros, pero mi actitud siempre es positiva, soy una persona muy alegre y risueña y eso me ha ayudado muchísimo. Por eso he escrito este libro, que no es una guía de autoayuda porque tampoco soy una experta en el tema, sino mi experiencia personal, mi vida, y que quizá pueda servir a otras personas.

-Trabajaba en una gasolinera cuando se apuntó al casting de castingOperación triunfo

-Así es. Nos dio la locura a un compañero de trabajo y a mí y nos apuntamos. Cuando llegué a Madrid y vi la cola que había, unas dos mil personas, me dije: Pues ahora espero, no me he venido desde la sierra para nada. Y fui la única elegida de Madrid.

-¿Sería capaz de ser una mujer feliz aunque no se dedicara a su pasión, la música?

-Seguro que sí. Lo que intento transmitir es que todo lo que hagas tienes que hacerlo con toda la ilusión. Nadie me aseguraba que podría vivir de la música y al final las cosas han salido bien, pero quiero terminar Veterinaria y también sería feliz si trabajase en una clínica.

-¿El buen humor lo arregla todo?

-Pues sí, al final sí, yo soy una tía muy alegre y me gusta reírme de mí misma la primera.

-Como cuando gritó gracias Alicante y estaba en un concierto en Elche?

-Cuando estás metido en la gira haces tantos kilómetros y vas a tantas ciudades que a veces pierdes la noción de dónde estás. Estaba disfrutando del concierto y la gente estaba tan volcada que grité 'gracias, Alicante'? Y estaba en Elche. Así que empezaron los abucheos. Ahí te quedas paralizada, pero cogí el micrófono y le dije a la gente que me merecía sus abucheos, que me había equivocado y que tenían todo el derecho a abuchearme otra vez. 'Venga a la de tres', a los minutos la gente ya estaba aplaudiendo. Todos nos equivocamos, y prefiero reconocer el error y tomarme las cosas con naturalidad.

-Uno de los momentos más duros fue cuando salió de Operación triunfo

-Fue muy duro. Pasas de cero a cien en meses, tú sales como si nada y piensas en poder volver a comprar el pan en tu tienda de siempre, y no estaba preparada para ello. Menos mal que mi familia y amigos que estaban a mi lado me ayudaron a asimilar aquello, porque nosotros no teníamos ni idea de lo que pasaba fuera. Es lo que conlleva dedicarte a la música, pero ahora lo llevo perfectamente.

-A pesar de las votaciones de Eurovisión, ¿solo se permitió un momento de bajón?

-Yo también tengo mis lloreras, mis momentos bajos, pero intento que sean solo momentos. En Eurovisión estaba muy contenta con el trabajo hecho, pero cuando ves que las votaciones son tan malas piensas: ¡Qué pena! En este país el deporte nacional es criticar lo nuestro, pero enseguida empecé a recibir mensajes de los fans, apoyándome. El bajón vino porque el esfuerzo y el trabajo no habían sido reconocidos, pero enseguida me aferré a lo bueno, a esos comentarios que valoraban el trabajo bien hecho. Acabé en el puesto veintiuno?

-Viendo la política española, ¿no le deprime ver el país?

-Claro que me da bajón, cuando te paras a mirar y ves que los políticos que nos representan lo están haciendo todo mal, te sientes frustrada, pero ahora tenemos que ir a mejor sí o sí. Yo confío en ello.

-Dice que las relaciones a distancia pueden hacerte crecer mucho más, ¿cómo vivió las negociaciones con su novio, David De Gea, para venirse al Real Madrid?

-Fue un momento de mucha incertidumbre, pero sabía que aquello iba a pasar y que fuese cual fuese el destino de mi chico era algo bueno en ambos casos. Es muy positivo que la pareja tenga su independencia y cuando vives una relación a distancia sientes esas mariposillas cuando te vuelves a ver. Me encantaría tenerlo aquí, pero estamos a dos horas y el tiempo pasa sin que te des cuenta.