Irrumpió en la tertulia del café, nunca mejor dicho, pontificando: "Por fin han hablado todos. Echaba de menos a los obispos pero, al fin hablaron. Esta vez lo han hecho después de las elecciones. El cardenal Blázquez ha dicho que una abstención en un momento oportuno es una forma preciosa de colaboración. Siempre tan neutrales. Alabado sea el Señor". Entre las risas de acogida emergió la voz del cáustico de siempre: "Todos menos los sindicatos, que esta vez no han dicho ni pío". Quise protestar pero se impusieron las valoraciones sobre la tradicional sinuosidad de la jerarquía católica en su tradicional barrer para su casa, que siempre está a la derecha, por mucho que ésta peque. Pero yo me quedé con la copla y efectivamente tenía que reconocer que no recordaba ninguna declaración sindical significativa ni en la campaña ni después de ella. Llegué a casa con el runrún y me decidí a revisar prensa y noticias de los últimos días. Efectivamente, no encontraba declaraciones sindicales por ningún lado, lo que me parecía imposible. Recurrí entonces a las páginas web de las dos grandes centrales y, por fin, sí encontré en CCOO una resolución del Comité Confederal y unas declaraciones de Toxo y, en UGT, unas declaraciones de Cándido Méndez. Los sindicatos habían hablado, como habían hecho siempre y con las posiciones esperables, pero me inquietaron dos cosas: que yo mismo no las había echado de menos hasta que habló el cáustico y que, con toda evidencia, no habían sido noticia, al menos de relevancia equivalente a las declaraciones y pronunciamientos de las demás instituciones, organizaciones, personalidades y entidades que se destacaron profusamente en prácticamente todos los medios. Está claro que a los sindicatos, aunque estén, no se les espera y esto pasa por su estado de inanición, que es esa extrema debilidad que te aletarga en espera resignada de la muerte. Los trabajadores y ciudadanos están vivos y especialmente activos y participativos, pero sus instrumentos de acción y movilización no son ya los sindicatos y por eso no se les espera. La actividad política se renueva y florece. La actividad sindical envejece y se mustia. Debieran hacérselo mirar.