Un matrimonio de lesbianas celebró el bautismo de su hija de dos meses en la parroquia tinerfeña de San Bartolomé, en Tejina. El sacerdote, Juan Carlos Alameda, accedió a otorgar el sacramento a la pequeña Lucía, después de que sus madres confirmaran que quieren educarla en la religión católica. Es el primer bautismo de un hijo de una pareja homosexual que trasciende en Canarias y uno de los pocos que se conocen a nivel nacional.

Jésica Pérez y Zerezade Toledo se casaron en junio de 2012 y después de unos años decidieron ser madres. Lucía nació gracias a una fecundación in vitro que se practicó Zerezade. Desde su nacimiento, sopesaron la idea de bautizar a la pequeña y fue entonces cuando decidieron al menos intentar que Lucía recibiera el sacramento.

Toledo asegura que no esperaba que el párroco accediera a bautizar a su hija. "Yo fui con la idea de que me dijeran que no, pero él me explicó que el bautismo no se puede negar", afirma.

La pareja pensaba que no iban a poder bautizar a la pequeña "porque nos habían dicho que incluso estaban poniendo problemas para bautizar a los hijos de las madres solteras". Por eso, creían que iban a tener que peregrinar parroquia por parroquia para intentar buscar una oportunidad. Pero finalmente, fue en su pueblo, Tejina, donde el párroco les dio el visto bueno.

Toledo lo tenía claro, quería que estuvieran las dos en el altar junto a Lucía "y si no era así no lo hubiéramos hecho".

Pero no solo pudieron estar junto a su hija cuando recibió este sacramento, sino que además están las dos incluidas como progenitoras de la pequeña en la partida bautismal.

Las madres manifestaron al sacerdote Juan Carlos Alameda que pretendían inculcar la fe católica a la pequeña. "Queremos educarla como lo hicieron con nosotras", señala Toledo. La Iglesia Católica siempre ha mantenido una postura contraria a las uniones homosexuales, a pesar de que el papa Francisco haya suavizado esta posición en algunas de sus declaraciones públicas. Esta madre señala que el caso de su familia no debería de ser noticia, ya que se tendrían que normalizar este tipo de celebraciones y valora que si hubiera más sacerdotes como el párroco de Tejina, habría más bautizos. "Conozco incluso a una pareja de chicas a las que les gustaría casarse por la Iglesia", afirma y mantiene que a ella misma le hubiera gustado celebrar una ceremonia religiosa el día de su boda.

Durante los últimos años, se han dado a conocer algunos casos en varios puntos del territorio nacional. En 2010, se celebró el bautismo de Daniela, una niña que en aquel entonces tenía siete meses y que estuvo arropada por sus dos mamás en una parroquia de Cáceres. Un año más tarde, otra pareja de lesbianas bautizó a su bebé en Cádiz.

El párroco indica que la solicitud de las mamás de bautizar a la niña no le supuso "ningún problema", pues ambas son cristianas, quieren vivir la fe cristiana e igual postura tienen los padrinos, con lo que el bautizo ha estado conforme a las normas de la Iglesia.

"El bautismo no se puede negar", asevera Juan Carlos Alameda, quien indica que cuando las mamás de Lucía le preguntaron "¿qué te parece? él contestó: a mí no me tiene que parecer nada", pues su labor como pastor "es acoger a las personas" y por ello "no hay ninguna otra peculiaridad". Las dos madres son creyentes y tomaron la decisión de bautizar a su niña, y cuando comunicaron su deseo al párroco, este consultó con la Vicaría de Justicia del Obispado simplemente cómo inscribirlo en los documentos, pues en el sacramento "no figura ninguna variante ni otra cosa que lo prohíba".

De hecho, comenta este sacerdote, hace tiempo "que los párrocos, al estar más en contacto con la gente diariamente, preguntamos cómo actuar para actuar bien, acoger y ver siempre cómo está la legalidad civil".