Creo que en la entrevista que concedió a Jordi Évole, oí a Pepe Mújica decir que los problemas que nos acosan de pobreza, explotación o conculcación de los derechos humanos, ni en sus causas ni, sobre todo, en sus posibilidades de solución, tienen carácter local, nacional o regional. Son problemas globales que no tendrán salida si los ciudadanos no levantan su mirada y adquieren una mirada global que determine sus reivindicaciones y oriente las medidas políticas para abordarlos. Nuestro gran error es, por tanto, pegarnos al árbol que no nos deja ver el bosque y nos incapacita así para escapar de las sombras.

Algo así nos está sucediendo con la percepción que tenemos del terrorismo yihadista. Es natural que cuando nos toca de cerca, como en Bruselas, nos conmueva especialmente, pero si, a la hora de analizar y razonar, nos creemos que es un problema que solo o principalmente nos agrede a nosotros (españoles, europeos u occidentales) caemos en un error de bulto que nos puede impedir enfrentarnos adecuadamente al crimen. Estamos ante un problema global que, tanto cuantitativa como cualitativamente, nos afecta a todos, musulmanes incluidos y a estos mucho más. Porque la realidad es que, por ejemplo, el 80% de las víctimas del Daesh son musulmanes y cae en países musulmanes. Ignorar esto puede llevarnos incluso, como a veces sucede, a que confundamos a estas víctimas que huyen de la masacre con los verdugos, como se da en el caso de la infame criminalización de los refugiados. También me parece arriesgado pensar que el terrorismo pretende acabar con lo que llamamos valores democráticos occidentales cuando donde más atacan y donde más matan es entre los propios musulmanes ¿No será más una lucha por el territorio, el poder, la riqueza y el dominio sobre recursos estratégicos donde también participan como aliadas de los criminales personas e instituciones, como por ejemplo bancos, del llamado mundo occidental? Es posible que cuando nos conmovamos y reaccionemos de forma semejante ante todos los atentados, también en el mundo musulmán, cambie nuestra perspectiva colectiva y empecemos a encontrar respuestas adecuadas y eficaces. ¿Estamos en guerra? Pues a reflexionar.