El cineasta José Luis Cuerda es uno de los profesionales que participarán en el ciclo Conversaciones con Manuel Gallego que la Fundación Barrié organiza en tres sesiones que tendrán lugar esta tarde, mañana y el próximo 8 de abril a partir de las 20.00 horas. Cuerda conversará mañana con el arquitecto, acompañado por el escritor Manuel Rivas, sobre la importancia de la idea y el contexto en la creación. La entrada a las charlas es gratuita con aforo limitado.

-¿En qué medida su trabajo le ha permitido contextualizar y plasmar sus ideas?

-En el cine, desde el presupuesto hasta el ambiente creativo de lo que se está haciendo en cada momento y cada época influye para aceptarlo o rechazarlo. Y eso va a contribuir de una manera determinante en lo que haces.

-Con estos condicionantes, ¿es fácil trasladar los conceptos iniciales que uno tiene en mente?

-Siempre hay cosas a las que hay que renunciar por las circunstancias, por limitaciones, o incluso hay cosas que las modificas para mejorar porque te viene el viento favorable. Hay veces en las que la manera de trabajar de un actor ante la cámara modifica lo que estás haciendo porque piensas que lo que ves es mejor que lo que llevabas en el bolsillo.

-En ocasiones ha afirmado que el cine que hace tiene algo de irreflexivo.

-Eso puede ser premeditado para que lo parezca pero no lo es. Amanece, que no es poco, Así en el cielo como en la tierra y Total están preparadas como si estuviera haciendo un drama o una tragedia, pero los objetivos son distintos. La seriedad en el trabajo es consustancial, si no, no es que salga mal, es que no sale.

-Es director, guionista y productor. ¿En qué faceta se siente más cómodo?

-Estoy más tranquilo en la de guionista, porque te permite revisar lo que escribes y decidir cambiarlo, y en un rodaje es muy difícil volver a rodar si no te gusta cómo ha quedado tu trabajo.

-¿Cuánto hay de autobiográfico en sus películas?

-Indirectamente, todo. Lo que está allí, lo que he hecho, lo que he pensado, es mi vida en definitiva. Hay trabajos en los que hay que dejarse la vida. Hay guiones en los que he metido cosas que me han pasado a mí o a mi familia, y también situaciones que no he vivido, pero que una vez que las haces tuyas se te pegan a la carne.

-Ha adaptado La lengua de las mariposas y Todo es silencio, de Manuel Rivas. ¿Qué es lo que más le gusta de este autor?

-Me gusta su relación con los personajes, cómo los perfila, qué aspectos de los mismos le interesa que afloren de una manera más evidente y cuáles le interesa mantener por debajo, la complejidad de estos personajes y la hermosura literaria que tienen sus diálogos. Creo que es uno de los autores españoles contemporáneos que mejor tienen cogida la musicalidad de la lengua. A veces lo leo en gallego y otras en castellano y lo disfruto por igual.

-¿Sus películas favoritas?

-El apartamento, de Billy Wilder, y Plácido, de Berlanga. Me gustan las películas sobre la condición humana y las personas que viven vidas vicarias porque hay otro que se está aprovechando de ellas.

-¿Este tipo de obras le animaron a dedicarse al séptimo arte?

-Fueron muchos estímulos distintos. En todos los géneros he descubierto obras maestras, ya sea una comedia musical, un western, una película de muchos medios, o de escasísimos medios...

-¿Hablamos de los medios en España?

-Ahora mismo en España, con la legislación vigente, no hay manera de hacer cine. Lo que hay que hacer es escribir guiones que se puedan hacer por poco dinero. De lo que estoy hasta las narices es de que se hable del cine español como un cine subvencionado en el que los profesionales vivimos de aprovecharnos del dinero de los ciudadanos. Aznar nos declaró la guerra y ha habido una publicidad muy eficaz desde entonces, porque cuando al noble pueblo español le dices que los del cine se están aprovechando de ellos, saltan a mordernos los tobillos. El cine español le da muchísimo más dinero a la Hacienda del que la Hacienda destina al cine, no estamos pidiendo nada que no nos pertenezca.

-La actualidad española, ¿daría para una segunda parte de Amanece, que no es poco?

-En absoluto, yo diferencio claramente a los pícaros de los sinvergüenzas. A los primeros les tengo cierta admiración, son gente que engaña para luchar por su supervivencia porque no tienen para comer. Los sinvergüenzas viven de los demás de una manera industrial. No conozco animal más tonto que el milmillonario, que se va a morir y no quiere darse cuenta. No se puede acumular ese capital si no es jodiéndole la vida a la población trabajadora. Es un ser dañino capaz de facilitar la muerte, el hambre, despidos masivos de personal porque ha dejado de tener las ganancias que apetecen y que no le hacen falta para vivir muy bien.

-Desde que se creó una cuenta en Twitter ha acumulado un gran número de seguidores.

-Encuentro ahí una gatera maravillosa para soltar lo que me da la gana y quedarme tan a gusto. Lo uso para que no me suba la tensión.

-Algunos artistas reniegan de esta red por temor a meter la pata y recibir críticas.

-Se puede meter la pata, pero considero que lo peor que se puede hacer es callar.