"Tras una serie de pruebas realizadas por especialistas destacados en el campo de la pérdida de audición, se me informó de que si continuaba actuando en grandes recintos, me arriesgaba a sufrir una sordera total". Lo dice Brian Johnson, la voz de AC/DC, para explicar las razones de salud por las que no estará en la prolongación de la gira Rock or Bust. Johnson quiere además aclarar en su comunicado algunos malentendidos: "Las notas de prensa publicadas anteriormente no explican suficientemente bien lo que deseo decir a nuestros fans o no lo hacen de la manera que creo debería haber sido expuesto", dice el cantante ante su obligada retirada del directo por los citados problemas auditivos.

En la primera parte de esta misma gira aún llegaba a España AC/DC con parte de su "alma", con la presencia de Angus Young (la guitarra y el traje escolar), Brian Johnson (la voz del grupo durante décadas) y Cliff Williams. Ya faltó Malcolm Young por sus problemas de demencia. En la prolongación de la gira la voz del grupo australiano será la de otro ídolo del rock, Axl Rose (Guns 'N' Roses), aunque ello ha creado cierto debate entre los fieles seguidores de AC/DC, que estará en Sevilla el próximo 10 de mayo: "Nuestros fans", matiza Johnson, "merecen que mi actuación sea del mejor nivel, y si por la razón que sea no puedo estar a la altura de ese nivel, no estoy dispuesto a defraudar a los fans o avergonzar a los otros miembros de AC/DC (?)". Los médicos fueron muy claros y le dijeron que tenía que dejar de actuar en directo el resto de la gira y, posiblemente, en el futuro. "Ese fue el peor día de mi carrera profesional", dice Johnson, que añade que está "destrozado" y que la experiencia emocional que está sufriendo "es peor que cualquier cosa que haya vivido hasta ahora". Y recuerda que AC/DC "ha sido su vida 36 años". También muestra su agradecimiento a sus compañeros Cliff y Angus, y proclama que no va a "retirarse" del todo porque los médicos le han dado opción de grabar y cantar en el estudio.

AC/DC es uno de los grandes símbolos del hard rock y justamente sus giras se basan en los conciertos en grandes estadios, cargados de energía y vatios, y con un público entregado de principio a fin, tanto con los éxitos del grupo como con los símbolos que los identifican, ya sean los cuernos, la campana o himnos como Highway to Hell. En los conciertos del año pasado en Madrid (donde llenaron el Calderón dos días consecutivos) y en Barcelona despertaron esas pasiones y certificaron esa máxima de los clásicos del rock de ir enlazando generaciones.