Mantener la incertidumbre del resultado final es lo que hace que haya partido o que haya liga. Cuando un equipo se distancia mucho en la competición se da prácticamente por terminada la liga, igual que el partido si a los pocos minutos se desequilibra drásticamente el marcador. Esto es lo que nos está pasando con la política: que hay partido y que hay liga. No como hasta ahora los partidos o la liga, que siempre estaba entre dos como mucho. Hay partido porque ni las encuestas, ni las predicciones aseguran un resultado final claro en la confrontación concreta de estas elecciones, como tampoco es netamente previsible el resultado final de las próximas negociaciones, que son las que harán acreedores a unos o a otros del pasillo de honor que corresponde. Esta incertidumbre moviliza a los aficionados y no digamos a los hinchas y solo disuade o aburre a los que no les gusta el juego y no piensan asistir al estadio, porque les da igual. En todo caso, parece que el interés por la competición ha aumentado o se ha hecho más vivo y quizá ello se deba a que esta vez hay un equipo revelación con posibilidades, como aquel Superdépor que tanto añoramos. La cosa está en que, aun empatando o no ganando este encuentro, sí pueden llegar los puntos o el goalaverage para ganar la liga y desplazar a los de siempre: los de gran presupuesto, los mimados por la prensa deportiva, los de los fichajes de campanillas, los que terminan por aburrir. Esto es lo que tienen los equipos revelación: que estimulan, siembran esperanza, hacen afición e incluso salvan el juego mismo. A nadie se le ocurre pensar que un fenómeno así es perjudicial o peligroso, salvo a los miopes o a los sectarios, pero a estos es evidente que los mueven más oscuros y poco confesables intereses crematísticos que honorables aspiraciones deportivas. Bien venidos pues los equipos revelación porque, mejoran y dignifican el deporte mismo.

La experiencia nos dice que, si bien el equipo revelación puede ganar el partido y la liga, más difícil resulta después mantenerse en el nivel alcanzado pero, de momento, la incertidumbre, las posibilidades reales y el juego que este nuevo Superdépor realiza son estimulantes y hay partido. Partido y liga.