-¿Qué encomienda asume?

-Los jesuitas en España tenemos 70 centros educativos y yo voy a coordinar la zona centro-noroeste. Eso incluye 14 colegios -entre ellos la Inmaculada y el Revillagigedo de Gijón (el único de todo el grupo que solo imparte FP) y el San Ignacio de Oviedo-. En total, 18.000 alumnos y unos mil profesores.

-¿Cuál es la línea estratégica de trabajo a desarrollar?

-La idea de la Compañía es que tener 70 colegios y cuatro universidades en España es una fuerza educativa que no tiene nadie y que hay que saber utilizar. La fuerza está en optimizar los recursos, en la unión de centros, en compartir... es lo que intentamos en toda España y lo que tengo claro para estos 14 colegios que voy a coordinar. Cada centro puede tener grandes líneas de innovación y hay que ponerlas en común. Pero, eso sí, respetando las individualidades y la historia de cada colegio, por supuesto.

-¿Qué urge en la educación española?

-Toda la mejora educativa de este país pasa, inexorablemente, por el profesorado. Y ligado a eso hay una necesidad imperiosa de formación. Pues nosotros, que tenemos cuatro universidades, podemos hacer mucho por nuestros profesores: másteres, líneas comunes de trabajo de los colegios... Para mí es fundamental, aunque haya otras cosas. Como no consigas un profesorado formado, motivado, y eso incluye reconocido social y económicamente, no avanzaremos.

-No se suele hablar mucho de sueldos...

-Si yo quiero pedirle a un profesor que innove, que cree, que se meta en nuevas líneas pedagógicas, tengo que pagarle. Y no puedo pagar lo mismo al que se esfuerza o implementa nuevas metodologías que al que lleva 15 años dando las clases de la misma manera.

-Es discurso general que ya no se puede educar como hace décadas. ¿Se ve así de claro en los jesuitas?

-Ahora mismo todo el mundo repite esa idea: no se puede educar como hace veinte años. Pero es que tampoco se puede educar como hace cinco años. Es así. Y nosotros creemos que con la potencialidad de una red grande de colegios, como la nuestra, puedes plantearte incluso liberar a profesores para que desarrollen alguna línea metodológica de interés.

-¿Cómo va la educación con libros digitales, una novedad en la que los centros de la Compañía ya están metidos de lleno?

-Cuando hablamos de innovación no hablamos de cambiar al libro digital. Eso es un instrumento, casi una anécdota. La innovación está en un cambio metodológico absoluto.

-Nos quedamos en la anécdota de los libros digitales, pero la realidad es que tienen alumnos con competencias diferentes y que requieren otras cosas.

-Un artículo que leí decía que las salidas profesionales de hoy más demandadas no existían como tales hace diez años, y algunas ni hace cinco. Por eso, el libro digital es solo una anécdota, un instrumento que vamos a utilizar todos. Y que te ayuda a cambiar la metodología, que es lo importante.

-¿Los profesores están preparados para el cambio?

-Muchos sí, pero a muchos hay que darles medios, posibilidades y reconocimiento, de la sociedad y de la familia, y eso es también económico. Este año tuve en mi casa una profesora alemana tres semanas, y me reconoció que aquí trabajábamos mucho más, mejor, por el doble menos. También advierto de que no es una cuestión de edad del profesorado, hay gente de todas las edades que está haciendo virguerías. Yo pretendo que ese trabajo se ponga en común y se explote mejor. Tú terminas la carrera de magisterio o máster de educación, y punto, ponte a dar clases. Yo aplaudo la idea de un MIR en la educación, y también pedir niveles de exigencia y de actualización cada x años. Pero todo eso es dinero.

-Frente a todo eso están las reválidas, eso no condiciona al centro que algunos dicen que condicionan la enseñanza haciendo que el profesor solo se preocupe de que haya unos resultados y su centro no pierda prestigio.

-Si el funcionamiento de las reválidas es semejante al funcionamiento de la PAU actual será un error garrafal. Si le preguntas a cualquier profesor de Bachillerato si su método de trabajo es el que le gustaría o solo conduce a los alumnos para que aprueben la PAU te dirán claro que sin PAU el 98% no daría igual la clase. Yo era profesor de Bachillerato y si mis alumnos no tuvieran que aprobar la PAU para entrar a la Universidad, habrían aprendido mucha más historia del arte, estarían más satisfechos y yo estaría infinitamente más realizado. Si las reválidas son solo para eso, será un fracaso. Si es para unificar conocimientos en toda España, pues.

-¿Un test mínimo es conveniente no?

-Sé que esto es políticamente incorrecto, pero hay colegios buenos y hay colegios malos, y los padres deben saberlo porque querrán darle algo bueno a sus hijos. Ahora que la reválida no es el sistema de saberlo.

-Se van a ver pequeñas "revoluciones" en los colegios de los jesuitas de Asturias.

-Sí. Hemos empezado algunas, como los libros digitales, pero sí. Nuestra obligación es educar a gente competente, comprometida y consciente. Pero para educar a gente competente en este siglo XXI hay que avanzar. Y sin olvidar que somos un colegio católico, lo que nos obliga a educar a personas muy consciente y muy comprometida con el mundo. Si solo educásemos gente competente no seríamos un buen colegio de jesuitas. Nosotros hablamos de innovación en todo, también en la labor pastoral.

-¿Cómo llevan los jesuitas tener muchas familias en su centro que no son católicas?

-Esto es como la parábola del sembrador. Tú siembras, y hay semilla que cae en mejor tierra o no. Pero en el trabajo pastoral a veces se ven resultados a largo plazo. Yo estoy convencido de que algo siempre queda y por nuestro centro, estoy convencido, pasa gente que puede estar muy distanciada de la iglesia pero que tienen valores de igualdad, fraternidad y en el fondo esos son valores cristianos.