Fernando Matesanz es abogado especialista en tributación indirecta y dirige la empresa Spanish Vat Services Asesores, en Madrid. Lo suyo es el asesoramiento a empresas multinacionales involucradas en el comercio de bienes y servicios en materia de IVA internacional, impuestos aduaneros e impuestos especiales.

-Si usted fuera un empresario extranjero con ganas de vender en España, ¿en qué fortalezas y debilidades se fijaría?

-Somos un país grande, con unas infraestructuras que son de las mejores de Europa y con una gran seguridad jurídica, estamos a años luz, por delante, de algunos de nuestros socios de la Unión Europa. Por contra, creo que la Administración española debería ser más ágil. Ya no existe eso de "en agosto, cerrado", pero hay que mejorar.

-¿Cómo funciona el IVA entre países?

-Partimos de la base de que el IVA, aunque con distintos nombres, está vigente en más de doscientos países en el mundo. Esta misma semana lo acaba de implantar Egipto. El IVA de la Unión Europea fue el primero y es el modelo a seguir. En la UE se regula un tipo general, con un máximo y un mínimo.

-¿Cuál es la horquilla?

-El máximo es el 27% y lo tiene Hungría. Desde mi punto de vista, un exceso. El mínimo quedó fijado en el 15% y el país que más se le acerca es Luxemburgo, con el 17%. A partir de ahí los países deciden, pero todos rondan el 20%. En España comenzamos hace años con el 16 y ahora está en 21 puntos.

-Quiero traer un cargamento de juguetes de China. ¿Qué impuesto tengo que pagar, y a quién?

-El cargamento estaría obligado a pasar una aduana española. Cobra el país que importa. Pagaríamos el 21% del valor aduanero de los juguetes por el llamado IVA a la importación, más el arancel aduanero.

-Que supone...

-No está armonizado. Depende del producto, pero sobre todo depende de los países de origen. Suele estar en torno al 6%. El arancel es una medida proteccionista frente a productos de países como China, que venden muy barato y con los que se corre el riesgo de que inunden los mercados y perjudiquen a las economías locales.

-Supongamos que un país impone a China unos aranceles del 50% sobre los productos importados del país asiático.

-Los estados son soberanos en materia de política aduanera, pero hay que tener cuidado porque cualquier práctica abusiva puede generar sanciones. Hay mecanismos. Para empezar existen organismos como la Organización Mundial de Aduanas o la propia OCDE que velan para que esas medidas proteccionistas no se conviertan en una guerra comercial a determinados países. Por el contrario, también se fomentan aranceles más bajos, es decir, un sistema de preferencias para ayudar a países en vías de desarrollo.

-Lo que cobra de IVA a la importación Francia o Alemania es lo que cobra España.

-Y los 28 países de la Unión Europea. Y, por supuesto, no hay aranceles entre socios de la UE porque es zona de libre comercio. En la Unión Europea los derechos de importación son compartidos: IVA, aranceles e impuestos especiales.

-¿Cuándo y para qué se usan los impuestos especiales?

-Gravan determinados productos como los alcoholes, las gasolinas y el tabaco.

-Un Ferrari, pongamos por caso, ¿está afectado por impuestos especiales?

-No. El Ferrari tiene el 21% de IVA, exactamente lo mismo que un Seat Ibiza. No existe un impuesto al lujo, uno de esos argumentos que utilizan sin saber algunos políticos. Así que si los gobernantes quieren que el que compre un Ferrari pague más tendrán que inventarse un impuesto.

-¿Se podría?

-Hay un antecedente que no tiene nada que ver con artículos de lujo pero que nos sirve para explicar la situación. Fue el famoso céntimo sanitario que algunas comunidades cobraban con la gasolina. Las gasolinas ya tienen un impuesto especial y el céntimo sanitario chocaba con él. Se hicieron las cosas mal y la Comisión Europea obligó a España a devolver cantidades tremendas de dinero por lo que se había cobrado indebidamente.

-¿Por qué tanta polémica con los planes de tratado de libre comercio entre la UE y los Estados Unidos?

-Desde mi punto de vista sería un tratado beneficioso para las dos partes, no sé si más para una que para otra. Hay determinados sectores comerciales que ven en ese proyecto riesgos para los pequeños empresarios en beneficio de las multinacionales. En todo caso hay que recordar que la Unión Europea tiene tratados de libre comercio con muchos países.

-¿Cómo evoluciona el interés por invertir en España?

-Hay crecimiento claro respecto a 2015. No hemos notado un parón en ese interés a causa de la incertidumbre política.