El músico coruñés Xoel López ha elegido su ciudad natal como una de las tres localidades en las que cerrará la gira de presentación de su último álbum, Paramales. El artista actúa este viernes 21 de octubre a partir de las 23.00 horas en la sala Pelícano.

-Llega a A Coruña para despedir Paramales. ¿Con qué sensaciones afronta este fin de gira?

-Con una mezcla de pena anticipada porque se termina un ciclo y con la ilusión de hacer esta despedida como considero que se merece. El hecho de que se haga en A Coruña, mi ciudad natal, no es casualidad, y luego están Barcelona y Madrid, dos ciudades importantes en las que había que estar; creo que será bonito. Empezamos en A Coruña y haremos los trece temas del disco Paramales, algo que probablemente no vuelva a suceder, y algunas canciones del disco Atlántico y de Deluxe.

-El hecho de haber roto el hielo con Atlántico, primer disco que publicó como Xoel López, ¿le ha permitido disfrutar más con su último trabajo?

-Sí, en la fase creativa disfruté siempre a tope, pero es verdad que tuve que explicarme mucho más cuando salió Atlántico que cuando salió Paramales. Mucha gente me preguntaba el porqué del cambio de Deluxe a Xoel López, tenía que contextualizar la nueva etapa, y Paramales ya llega con el camino asfaltado a la hora de presentarlo.

-Paramales tiene reminiscencias de Deluxe y de Atlántico. El que unas etapas se vayan alimentando de las anteriores, ¿es una forma de asegurarse el no perder a un público que puede llegar a renegar de los cambios?

-Yo creo que, si ya no lo había perdido con Atlántico, que es claramente diferenciador, sería difícil que lo perdiera con Paramales. Tiene un sentido que Paramales recupere cosas puntualmente. Atlántico fue un disco de ruptura, muy marcado por el contexto americano, y sin embargo Paramales es un disco de vuelta, me reencuentro con gente, con músicos o productores que hacen que eso suceda de una manera más natural.

-En ocasiones se ha referido a la capacidad de la música para transportar a los oyentes a diferentes lugares. ¿Cree que es la propia canción la que conduce a un lugar determinado o es la ubicación del compositor lo que da vida a la canción?

-Es difícil saberlo. Yo creo que, en gran parte, el contexto ayuda a la inspiración, pero muchas veces son ya experiencias que uno tiene acumuladas; es muy difícil evocar un lugar en el que no has estado o que por lo menos no te imaginas. En mi caso, yo he usado mucho la escritura para viajar en el tiempo y en el espacio. A Serea e o Mariñeiro, una canción referencial directa por el idioma y la temática a Galicia la compongo en el centro de Buenos Aires en pleno cemento. La música dispone de esa magia que te permite viajar sin gastarte un duro.

-¿De qué forma ha mudado su proceso creativo desde sus primeras canciones?

-Cuando empezaba a componer me resultaba más sencillo entender por qué hacía una canción, las referencias las tenía muy claras y eran pocas. Tras más de veinte años componiendo ya no sabes a qué pertenece cada cosa y de repente se mezclan. Puedes escuchar ahora jazz y, por mucho que lo escuches, se va a incorporar a lo que ya tenías, dando lugar a una visión mucho más compleja.

-¿Apuesta más por la música como instrumento reivindicativo o catártico?

-No creo que la música deba ser nada. En mi caso lo que hago es incorporar todo lo que me sucede en mis canciones, y cuando veo cosas que no me gustan a nivel sociopolítico, están incluidas. A veces no te das ni cuenta; estás hablando en un contexto que parece amoroso y a lo mejor estás criticando una situación social, al final todo son emociones. La empatía y la solidaridad que uno siente y lo que hace al respecto también es política.

-Hace unos meses ganó dos premios MIN de la Música Independiente con Paramales. ¿Qué connotaciones tiene el término independiente hoy por hoy?

-La independencia es fundamental para poder crear a tu gusto y no estar condicionado por grandes estructuras. También es verdad que uno tiene que trabajar probablemente cinco veces más que yendo a tiro fijo y saliendo en los grandes medios por poco que hagas. Cuando empecé era casi impensable plantearse vivir de la música de esta forma en este país y ahora hay grupos con mucha calidad, cada vez se hacen mejores discos y eso también genera una infraestructura paralela que sobrevive.

-¿Considera que ha ganado el panorama musical español en heterogeneidad?

-Por lo que recuerdo de mi adolescencia, ahora hay más grupos y tocan mejor. Quizás aún quede mucho por hacer a nivel de estilo, de buscar más en nuestras raíces o mirar hacia otro lado más allá de la música anglosajona, que es maravillosa. Todavía hay mucho por investigar porque somos una escena relativamente nueva, es algo que va poco a poco, pero en ese sentido los grupos cada vez son mejores.

-¿La heterogeneidad se traslada también al consumo o las plataformas digitales acaban promoviendo la homogeneidad?

-Yo creo que al menos te da posibilidades de llegar a muchas músicas. Yo antes las pasaba canutas para escuchar cosas que no estaban en la radiofórmula. Tenías que gastarte una pasta, pedir discos al extranjero? Hoy en día el acceso a la cultura es total, pero sigue habiendo poca visibilidad; tú quieres saber qué música se está haciendo en Italia y no es tan fácil, sin embargo sabes perfectamente lo que está saliendo en Estados Unidos cada día. Yo abogaría por una mayor diversidad y una igualdad de oportunidades y dejar a la gente que elija qué música escuchar entre una paleta de colores más amplia.