Tener en sus manos el premio Bill Clinton al mejor científico de Estados Unidos, siendo español, se puede considerar un "daño colateral" a un trabajo intenso en el mundo de la investigación. Juan Carlos Izpisua (Hellín, 1960) saltó de Albacete a Benidorm con 10 años y después a Valencia para estudiar Farmacia. Ahora es director del laboratorio de Expresión Génica del Instituto Salk de Estados Unidos y catedrático extraordinario de Biología del Desarrollo de la Universidad Católica de Murcia.

-El equipo que usted lidera ha conseguido que se pueda revertir el envejecimiento. La gente piensa solo en que vamos a poder ser jóvenes durante mucho tiempo y los científicos, sin embargo, lo ven desde la perspectiva de mejorar la salud de las personas. ¿A qué cree que se debe esta diferente concepción de un mismo resultado?

-No lo sé realmente. Quizás los científicos somos más conscientes de los potenciales riesgos de este tipo de terapias. Conocemos un poco más a fondo la complejidad del proceso del envejecimiento y la dificultad que lleva asociada el desarrollo de terapias para frenar o revertir su avance. Pero, por otra parte, la gente es mucho más abierta a la idea de probar estas terapias en humanos, y por supuesto todos queremos vivir con una mejor calidad de vida durante nuestra vejez.

-Tres años de investigación, coordinando a once países, es algo que no se aprecia a menudo en ciencia... ¿El objetivo final de la investigación cuál es?

-El objetivo es vivir mejor. Mejor calidad de vida para que cuando seamos mayores podamos ser independientes y sufrir menos los efectos del envejecimiento. Por supuesto, desde el punto de vista científico, también queremos conocer más a fondo por qué y cómo envejecemos. Es una de las cuestiones más fascinantes de la naturaleza.

-¿Podrían evitarse enfermedades que afectan a los órganos por envejecimiento, como los riñones o el hígado, y también a artrosis, osteoporosis y casos de desgaste, o el cáncer?

-Sí, el envejecimiento es el mayor factor de riesgo para todas las enfermedades que padecemos incluidas enfermedades degenerativas, cáncer y enfermedades cardiovasculares. Por estos motivos, frenar o revertir el avance del envejecimiento tendrá un gran efecto sobre el riesgo de padecer y sufrir estas enfermedades.

-Con las informaciones científicas hay que ser cauto porque se abren expectativas en la gente que finalmente no se cumplen, al menos de forma inmediata. Pongamos esta noticia en su justo lugar.

-Pues es muy importante que los científicos, con la ayuda de todos los medios de comunicación, sepamos transmitir que estamos lejos de que estas primeras observaciones se lleven a la clínica humana. No obstante, también debemos tener esperanza y compartirla. El mensaje conceptual de nuestras observaciones es que el envejecimiento es un proceso plástico, reversible y por lo tanto sujeto a modificaciones. Que podemos frenarlo o revertirlo. Respecto a su aplicación en los seres humanos, ojalá en los próximos diez años pudiéramos ver los primeros ensayos clínicos de terapias antienvejecimiento, no para vivir más años, pero quizás para frenar el envejecimiento de determinados órganos y tejidos como la piel, los músculos o el sistema cardiovascular.

-Ha trabajado también con gran éxito en la investigación de enfermedades raras y en la posibilidad de regenerar órganos y tejidos en laboratorio para paliar la insuficiencia de donantes, pese a ser España uno de los países más solidarios en ese sentido. ¿Cómo va esta línea?

-Estamos progresando también en estas líneas. Recientemente hemos desarrollado una nueva tecnología de edición genética que podría tener un gran impacto en el tratamiento de enfermedades poco frecuentes. Tecnologías de reparación de nuestro ADN como éstas, junto al desarrollo de células y tejidos en el laboratorio, creo que en las próximos años van a suponer una revolución para el tratamiento de enfermedades hoy en día incurables.

-Siempre hablamos de lo mal que está la investigación en España, de la fuga de cerebros, pero hay muchos españoles involucrados en procesos científicos de mucho calado. ¿Estamos mejor de lo que creemos?

-España tiene grandes científicos, dentro y fuera de nuestro país.

-Algunos como usted están más fuera que en España y otros trabajan desde aquí, como el profesor Mojica que acaba de ser doblemente candidato a un Nobel. ¿Se siente apoyado en este país o no es comparable con el valor de la ciencia en Estados Unidos?

-Me siento bien en España porque es mi país. Respecto a Estados Unidos, es un país donde se valora enormemente y se sabe de la importancia de la ciencia y la tecnología para que tengamos un mundo mejor.