"Vamos a atrincherarnos en el Palacio Legislativo, donde mañana Maduro pretende instalar la ilegal Asamblea Constituyente, votada fraudulentamente el pasado domingo y desautorizada por la oposición interna y por la comunidad internacional", advierte Juan Requesens (Caracas, 1989), diputado de Primero Justicia, el partido de Henrique Capriles, y líder desde 2007 de las protestas estudiantiles que tumbaron la Constitución promovida entonces por el expresidente Hugo Chávez para perpetuarse en el poder.

En conversación telefónica con Epipress, el parlamentario venezolano afirma categórico después de conocer los secuestros de Leopoldo López y Antonio Ledesma en la madrugada del lunes: "Podrán entrar en el Palacio Legislativo con tanquetas y hacerse con el edificio pero no van a lograr la legitimidad que perdieron tras pasar años robando la plata de los venezolanos".

"Vivimos bajo un estado de terror y estamos preparados para lo peor, pero las amenazas nos tienen ya sin cuidado", asegura con firmeza para agradecer a continuación el apoyo de los españoles y denunciar el "silencio cómplice" de Podemos, partido al que acusa de financiarse con el narcotráfico y las actividades ilícitas del Gobierno de Maduro.

La reacción del chavismo ante unos comicios desacreditados internacionalmente en los que perdieron la vida al menos diez personas no se hizo esperar y tal y como había prometido el presidente Maduro cada día son secuestrados de sus casas opositores que van a parar a la siniestra cárcel de Ramo Verde. "Tendrán que habilitar treinta millones de celdas", augura Requesens para quien salir a la calle supone arriesgarse a perder la vida ya que ha sido agredido en varias ocasiones por colectivos armados afines al chavismo, "pero superamos el miedo con el convencimiento de que más pronto que tarde caerá esta dictadura que deja morir de hambre a los venezolanos".

Encargado de agitar a las masas en las protestas contra el régimen bolivariano este diputado de Capriles está seguro de que Maduro, cada día más acorralado por el rechazo de los venezolanos, la quiebra de la unidad chavista y la presión internacional, no soportará "la piedra de tranca" que supone una Asamblea Nacional con mayoría de la oposición a pesar de haber sido elegida hace dos años bajo la legalidad chavista, ahora impugnada por su sucesor en la Presidencia de la nación.

Estos ataques a la oposición "nos unen aún más", afirma el agitador Requesens que ve con esperanza cómo Leopoldo López y su jefe Henrique Capriles liman sus diferencias ideológicas para unirse en torno a la Mesa de Unidad. Cauto y precavido, el diputado de Primero Justicia sale a la calle adoptando todo tipo de precauciones para esquivar las emboscadas de la policía bolivariana y las represalias de los grupos paramilitares financiados por el chavismo.

"Todo aquí es ilegal", lamenta al referirse a los turbios negocios de los principales dirigentes del país caribeño, implicados según Estados Unidos en todo tipo de actividades delictivas, anfitriones de peligrosos miembros de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC) y del Ejército de Liberación Nacional Colombiano (ELN) y enriquecidos, según la oficina norteamericana de lucha contra las drogas, DEA, con el sucio dinero del narcotráfico.

"Me pregunto si esos iluminados de Podemos pueden cargar sobre sus conciencias haber sido financiados a través del narcotráfico", reitera Requesens, que no puede ni quiere ocultar su ojeriza a los seguidores de Pablo Iglesias a quienes considera "intelectuales mercenarios" y a los dirigentes de izquierda, como Alberto Garzón, secretario general de Izquierda Unida, "al que solo se le ocurrió felicitar el cumpleaños del fallecido expresidente Chávez mientras los venezolanos se mueren de hambre". "Me producen vergüenza por su alineamiento con quienes han esquilmado toda la riqueza de este país", espeta ya fuera de control para contraponer esa actitud a la de los líderes del PP, PSOE y Ciudadanos que se han sumado desde el primer momento a las reivindicaciones democráticas de la oposición. En este último grupo incluye también al presidente estadounidense Donald Trump, quien ha anunciado sanciones económicas para Maduro y su equipo. De sus acerbas críticas no se salva ni el expresidente español Rodríguez Zapatero a quien considera un mero correveidile con pocas habilidades para la negociación.

"Todo ese discurso antiimperialista del chavismo es absurdo porque ellos tienen sus fortunas fuera de Venezuela", denuncia este dirigente de la oposición para quien Maduro está haciendo en cierta medida bueno a Chávez, porque este al fin y al cabo tenía carisma y el actual presidente de Venezuela es "un corrupto, un incompetente y, sobre todo, un idiota".

Con poco margen de maniobra para continuar esta conversación, Requesens anuncia que seguirá agitando las calles de Caracas para impedir la toma del Palacio Legislativo que se convertirá mañana en un escenario inquietante. "Vamos a resistir", promete sin amedrentarse al recordar las violenta acciones de las Fuerzas Armadas venezolanas que han provocado en el último año más de 100 muertos y 4.667 heridos, según los datos de la fiscal general Luisa Ortega Díaz, chavista hasta no hace mucho pero que se ha cambiado de bando y vive ahora bajo una amenaza de encarcelamiento, emitida sin rubor por el propio Maduro con la finalidad "de hacer justicia". "Los policías y militares de este país están atados de pies y manos porque si no hacen lo que les dice el Gobierno sufren represalias inmediatas ellos y sus familiares", lamenta.

Requesens se despide con la intención de enfilar lo más camuflado posible la Avenida Universidad para organizar nuevas movilizaciones contra un Ejecutivo que aunque ve las orejas al lobo se enroca en su intención de perpetuarse en el poder.