Entre Johannesburgo (Sudáfrica) y Singapur existe un oasis: Torrent. En esta localidad valenciana descansa durante unos días Jim Moginie, el virtuoso guitarrista de la banda australiana Midnight Oil, autora de uno de los hits - Beds are burning- que marcaron una época en la que la preocupación por el cambio climático o el armamento nuclear era evidente en la música. El grupo se encuentra en plena gira mundial tras 15 años alejados de los escenarios.

Pese a que el tour no recala en España, Moginie ha elegido Valencia para pasar unos días de vacaciones antes de emprender viaje hacia Singapur, donde continúa la gira mundial de la banda tras el concierto de Johannesburgo.

- Tocaron hace ocho años, en Melbourne (Australia), para recaudar fondos para las víctimas del incendio forestal que arrasó más de 450.000 hectáreas. También tocaron recientemente para apoyar la campaña de Greenpeace en contra de los vertidos de petróleo en el Amazonas.

-Sí, siempre hemos estado muy comprometidos con las causas medioambientales, y para nosotros tiene sentido incluir la lucha contra el cambio climático en nuestra música.

-¿Ya no se hacen canciones de rock comprometidas ?

-No muchas. Parece que todas digan Baby, baby y nada más. Hablar de política sobre los escenarios tiende a parecer algo anticuado en el presente.

- ¿Siguen de actualidad sus letras ?

-Sí. De hecho, su contenido es más relevante que nunca. Hablamos de destrucción nuclear, cambio climático, y sobre todo, nos hacemos la siguiente pregunta: "¿Quién gobierna el mundo?". Si te das cuenta, son los mismos temas que nos preocupan ahora. No se han ido. Desafortunadamente, las cosas no han cambiado mucho en 20 años.

-¿Estamos más concentrados en la parte más super?cial de la música? ¿Cree que todavía hay interés en oír un mensaje ?

-Estoy convencido de que la gente quiere escuchar ideas e impresiones sobre los temas de actualidad. No solo quiere quedarse con el Baby, baby (bromea), sino que desea estar conectada con su propia sociedad y comprender qué está pasando. Para nosotros, la música es un caballo de Troya que puede hacer llegar las ideas. A la gente, por lo general, no le gusta la música política si es aburrida, como la que puede hacer alguien cantando una diatriba de 20 minutos contra el capitalismo con un único acorde. La gente ama las melodías y que éstas les estimulen. Solo de esta manera, la música puede llegar a sus mentes. Además, nosotros no hacemos letras pesimistas, sino que animamos a la gente a hacer algo para solucionar sus problemas.

-¿Cómo hizo Peter Garrett, el vocalista de la banda, que llegó a ser ministro de Medio Ambiente y de Educación con el Partido Laborista australiano?

-Exacto. Peter sí que hizo algo. Su incursión en política fue el motivo por el que el grupo decidió disolverse en 2002.

-¿Dirigentes como Donald Trump pueden resucitar el mensaje en el rock 'n' roll?

-Sí, es el efecto rebote. La izquierda está muy debilitada y no tiene voz. La política ha cambiado a peor de manera generalizada.

-Se suele decir que Diesel and Dust (1987) y Blue Sky Mining (1990) son los álbumes con más mensaje político.

-Los dos son comprometidos, sobre todo en aspectos medioambientales. Yo diría que 10, 9, 8, 7, 6, 5, 4, 3, 2, 1 (1982) es uno de los discos donde más se nota nuestra preocupación. En él, las canciones hablan mucho de la amenaza nuclear.

-Los fans han esperado mucho hasta ver a Midnight Oil de nuevo sobre los escenarios. ¿Por qué han escogido el año 2017?

-Somos una de las pocas bandas contemporáneas con todos sus integrantes vivos. Es razón su?ciente para seguir tocando juntos.

- ¿Cómo ha sido volver al ritmo frenético de una gira después de tantos años?

-Es bastante duro. Estamos en mitad de la gira. Como solemos decir, "tenemos hecha media camiseta". Entre concierto y concierto tenemos un día libre, cosa que no hacíamos cuando éramos jóvenes. Entonces era un auténtico maratón.

-Pese a la disolución de la banda, usted no paró de hacer música.

-En absoluto. He tocado música irlandesa, australiana, he escrito bandas sonoras para películas, he producido... Hasta he compuesto para una orquesta formada íntegramente por guitarras.

-Fruto de ello es The Colour Wheel , su último álbum con la Electric Guitar Orchestra.

-Ha sido un proyecto muy ilusionante. Hacía mucho tiempo que soñaba con hacer algo así. Los directos son muy especiales, porque mientras la banda toca, un artista pinta los colores que interpreta a través de la música. Me encantaría poder traer la banda a España para tocar en algún monumento. Todos los músicos sabemos que para entender la guitarra y sus orígenes hay que venir a España.