La cantante canaria Rosana (Lanzarote, 1963) desprende energía positiva y cercanía. Risueña, agradece el recibimiento de su noveno álbum - En la memoria de la piel-, en el que vuelve a transmitir su pasión por la vida.

-¿Qué guarda la memoria de su piel?

-Todo lo que pasa por ella. Mi piel me recuerda la parte más emotiva, el cariño, la ternura, las emociones. Creo que no sólo recuerda, sino que avisa; es sin duda la memoria más libre que tenemos los seres humanos. No pasa por la cabeza, ella decide cuando se eriza, que es cuando se ha traspasado el alma.

-¿Existen amores imborrables, como asegura en El cielo que me das , el primer single del disco?

-Totalmente, inoxidables. Claro que sí, lo que quizá no haya la opción de encontrarse uno siempre de frente con ello. Es lo que digo en otro de mis temas, "si se trata de amor, me declaro creyente". Hay que creer que lo que uno sueña, existe. Al final entre el sueño y la realidad lo que hay es un poco de tiempo, pero nada más.

-¿Se han cumplido sus sueños?

- Y que continúen y se cumplan todos los demás porque sueño todos los días, soy soñadora a tiempo completo.

-¿Qué historia hay detrás del álbum?

- Todo es real, son trocitos de mis verdades. Algunas pueden ser más autobiográficas y otras menos pero todas son verdad, no me gusta compartir con la gente algo que procese mi cabeza, mis canciones pasan por mis emociones y lo único que intento es responsabilizarme de todo lo que pueda.

-Cuando compone, ¿tiene miedo a no traspasar sus emociones?

-Cuando comencé no salía nada, pasé ese momento crítico que pensé que debía retirarme, pero son cosas que pasan. Empecé en julio y terminé la primera semana de enero del año pasado, cuando vi que honestamente ya me había vaciado, las conté y llevaba 50. Tenía muchas cosas para compartir y me quedé en pelotas en el papel, es lo único que puedo hacer, escribir de verdad sin complejos lo que uno verdaderamente siente.

-El disco lo forman once canciones. ¿Qué será de las 39 restantes?

-Para mí es importante darle a la gente lo último que siento, así que no las utilizaría en un futuro disco. Siempre que preparo un nuevo trabajo, me pongo a componer de nuevo.

-En cuanto a la melodía, no pierde sus raíces pero también introduce sonidos nuevos.

-Juego por primera vez con mucho descaro con toda la parte de programación pero sin dejar en ningún momento que esa parte solape la parte más orgánica. La música y la vida es mucho más bonita cuando está viva y juegas con ella y aportas a cada historia el paisaje musical que necesita.

-Un paisaje que canta al amor y al positivismo.

-Me parece que la parte más bonita del amor es aquella en la que todo va bien, que uno siente que ama con locura y se siente correspondido. En ese punto que llegamos a pensar que el amor es eterno, eso es lo que recojo En la memoria de la piel en general y en la propia canción.

- En la memoria de la piel no es sólo el título del álbum sino que se repite en un par de canciones.

-Honestamente te mentiría si te dijera que no fue porque, sencillamente, salió -se ríe-. Me parece que de todas, con mucha diferencia, es la más bonita, la más emotiva y sobre todo la más libre de los seres humanos.

-Y la piel no olvida, haciendo referencia a una frase "es importante olvidarse de olvidar".

-A veces uno por lo menos lo intenta. Que lo consiga no lo tengo muy claro, de hecho los seres humanos olvidamos casi todo aquello que nos daña, hay que seguir adelante. Casi todo lo que hiere está de más.

-Lo que debe doler de felicidad es llenar todos los conciertos en su gira.

-Es una pasada como la gente se sabe cada canción, es como mágico. Además, cuando canto Con una hora menos, dedicado a mi tierra, me emociona escuchar al público expresiones canarias como "me voy de belingo" porque llevo parte de mi tierra a un montón de espacios y a los escenarios.

-¿Por qué después de cinco años, decidió regresar con el single El cielo que me das ?

-Cinco años de un disco inédito pero realmente con el disco Ocho Lunas, que es un recopilatorio grabado con compañeros, estuvimos hasta junio de gira. Realmente volvimos después de cinco meses de composición y de grabación de disco.