Solo cuatro meses después de estrenarse al frente de la ONT, la doctora gallega Beatriz Domínguez-Gil acaba de ser nombrada presidenta del Comité de Trasplantes del Consejo de Europa. "Mis raíces son heterogéneas, pero en mi DNI dice que soy gallega", afirma.

-Los donantes de médula baten récords. ¿Debemos aplaudir la solidaridad de los españoles o las campañas solidarias?

-Es importante sensibilizar a la ciudadanía, por otra parte es fundamental que las personas que tienen interés en ser donantes de médula ósea se informen y entiendan el compromiso que adquieren. En el momento que un paciente necesite a un donante compatible, se puede localizar en el registro mundial; donde contamos con 30 millones de donantes de médula ósea. Creemos que ha calado el mensaje entre la población española de que donar médula ósea salva y da una esperanza de vida a pacientes, fundamentalmente afectados de leucemia, linfoma, mielomas múltiples... Cuando no pueden encontrar en su entorno familiar un donante compatible. Pero no podemos negar el impacto que han tenido campañas como la de Pablo Ráez, con una enorme repercusión entre los más jóvenes. Esas campañas ayudan, por supuesto, pero es importante siempre que estén bien orientadas. La legislación no permite que esté dirigida a un solo paciente. Y el compromiso se adquiere cuando uno da el paso al frente y se compromete a ser donante de médula.

-¿Hay muchos casos en los que los donantes se echan atrás?

-Es algo que ocurre muy infrecuentemente. En 2016 fueron solo cinco los donantes que se negaron a hacer efectiva la donación, tras ser llamados por el REDMO porque se necesitaba su médula ósea para un paciente. Esto representa el 3,3% del total de las 149 solicitudes a donantes realizadas ese año.

- En Galicia aún existen ciertas reticencias a la donación de órganos en cadáver. Las negativas de los familiares ascendieron del 22,7% de 2015 al 26,9% el último año, mientras la media nacional es de 15,6%.

-No duplica la media nacional, pero sí a supera, porque es una de las comunidades con más negativas. Aún así, si analizamos el histórico de datos vemos que cada vez son más familias las que dicen que sí a la donación. Yo veo en esto datos positivos y creo que la tendencia va a ser esa. Lo importante es que la ciudadanía comprenda la importancia de donar, de ayudar a otros. Además el acto de la donación en sí puede ayudar a la familia a superar el duelo. El cuerpo se devuelve a la familia, tratando de respetar su indemnidad y no hay ninguna religión que se oponga a la donación. Hay iniciativas de formación de profesionales y de educación de la ciudadanía que ya están en marcha por parte de la administración gallega y están dando sus frutos.

-Sin embargo, las donaciones y los donantes experimentaron datos históricos en Galicia.

-La actividad de la donación y trasplante llegó a su máximo histórico en Galicia el año pasado. En Galicia existe un pequeño margen para la mejora pero ya moviéndonos en cifras de excelencia, si se reducen las negativas, por ejemplo.

-Usted forma parte de un plantel internacional que intenta acabar con el tráfico de órganos y el "turismo de trasplantes".

-El turismo de trasplantes hace mención a dos situaciones diferentes: la acepción más común sería la del viaje de un paciente para trasplantarse en un país en el contexto del tráfico de órganos. Son puntos calientes países asiáticos, algunos de América Latina, del norte de África, o incluso del norte de Europa. Desgraciadamente, ningún país tiene medido este fenómeno. En el Consejo de Europa estamos haciendo una aproximación, en colaboración con todas las autoridades sanitarias y creemos que vamos a poder dar una aproximación en los próximos años. En España sabemos que son casos absolutamente excepcionales. La última vez que abordamos el tema (2008-2009) se habían registrado cuatro casos. Y ahora estamos intentando abordarlo otra vez. Curiosamente se da en pacientes nacidos en algún país implicado en la práctica del tráfico de órganos, pero consideramos que tenemos controlada la causa raíz: Un paciente en España ha nacido en el país en el que más probabilidades tiene de conseguir el órgano que necesita. Por tanto, tenemos la mejor vacuna para prevenir que nuestros pacientes lleguen a un nivel de desesperación que les haga recurrir a este tipo de prácticas. No solamente son inaceptables, sino que constituyen la explotación del ser humano por otro y además, ponen en riesgo su propia vida. Los trasplantados en el contexto del tráfico de órganos tienen muchas más probabilidades de fallecer o de adquirir algún tipo de enfermedad o poner en riesgo a su entorno.

-¿Y el otro "turismo de trasplantes", el que viene a España?

-Ahí ya no estamos hablando de la explotación de una persona vulnerable. Se trata de viajar a otro país para acceder a la lista de espera de trasplantes. Este tipo de turismo de trasplante nos preocupa mucho y puede generar muchos problemas a los países implicados. Aunque sabemos que es muy minoritario en España y no hay datos alarmantes, se puede producir un efecto llamada que podría ser devastador para el sistema español de trasplantes. Por eso, estamos tratando de anticiparnos a ese problema. Ahí evidentemente lo que deberíamos de plantearnos es limitar el acceso, así como vincularlo a un mínimo del tiempo de permanencia en España. Tenemos cada año una serie de pacientes que se trasplantan en nuestro país y que han nacido fuera de España, pero son residentes de hecho y tienen todo tipo de derechos de acceder a la prestación sanitaria de España. Es un número que se encuentra en torno al 9% de los pacientes y representa también el índice de poblaciones de otras nacionalidades dentro de la española. Lo que nos preocupa es el paciente que viene solo con el propósito de trasplantarse, para luego regresar a su país. Nos preocupa, por si pudiera convertirse en un problema en el futuro. Sobre todo después del caso registrado hace dos años de ciudadanos que venían de Europa del Este, de forma pseudo organizada.

- La mortalidad en la lista de espera se sitúa en un 5%. ¿Podrá rebajarse?

-Es muy difícil porque es un tanto paradójico. Uno diría que con todos los trasplantes que hacemos, la lista de espera lo lógico es que se reduzca o desaparezca. Pero en la realidad, a medida que aumentan los trasplantes también se inscribe más gente en lista de espera. Sabemos que podemos trasplantar a gente con edad más avanzada, por lo que es la pescadilla que se muerde la cola. Aumentamos la disponibilidad de órganos y los propios profesionales van recurriendo y metiendo a más pacientes en lista de espera, aunque la mantenemos a raya.

- Trabajan para lograr mayor seguridad para los donantes en vivo.

-Estamos trabajando desde hace meses, aunque no es algo que podamos resolver de un día para otro, en que la persona que decide donar un órgano en vida resulte resarcida por los gastos en los que ha incurrido a consecuencia de la donación, así como que tenga una baja protegida, similar a la baja de maternidad. Que no pueda ser objeto de despido a consecuencia de la donación. Y todo este paquete de medidas se están trabajando específicamente en la ONT, así que creemos que en los próximos meses podremos ir anticipando cómo vamos a hacer que cristalicen.