Joseba Quevedo cursó Ingeniería Técnica en Electrónica Industrial en la Escuela Politécnica de Mondragón, y es doctorado en Automática por la Universidad de Toulouse. Es experto en los retos de un campo cada vez más en auge.

- ¿En qué punto de desarrollo se halla actualmente la Automática en España?

-La Automática es muy amplia, abarca todas aquellas acciones que antes eran manuales y ahora están automatizadas. La automatización en España y en el mundo ha entrado en todas las industrias, en las empresas mecánicas, eléctricas, electrónicas... e incluso en las alimentarias, donde para que los alimentos tengan una calidad y una seguridad deben estar automatizadas. El tema económico, para minimizar costes, y la seguridad han hecho que la realidad en España es que no hay industria que no esté automatizada. Por otra parte la Automática también se utiliza a nivel de servicios, incluso en medicina, en operaciones hay robots que asisten a los médicos para facilitar su trabajo. Y también en otras cuestiones como la gestión del agua, de la electricidad, el medio ambiente... todas las empresas están automatizadas, hay operaciones de control que son imposibles manualmente y se hacen de forma automática. Pero sin olvidar que aún no se ha extendido totalmente, nos queda una tarea buena por hacer.

-¿Qué van a poder hacer en un futuro los sistemas automáticos por nosotros?

-Hay muchas cosas por desarrollar. Los robots en estos momentos ya han llegado a las casas, con automatismos que limpian el suelo, pero tendrán un papel mucho más preponderante en las empresas. Por ejemplo, en la construcción de vehículos, pero no solo para eso; también para llevarte en un museo de un sitio para otro y para explicarte cosas. Y aquí se plantea un problema laboral.

-¿Destrucción de empleo?

-Hay puestos de trabajo que son de bajo nivel y que los robots los pueden hacer mejor. Nuestro trabajo como profesores de Automática es el de formar a los jóvenes para que no hagan ese trabajo de bajo nivel, sino que monten, programen, mantengan y gestionen los robots. Nuestro papel es el de formar a la gente en este campo para que lo más duro lo hagan las máquinas, pero que estos chicos puedan tener un trabajo para programar precisamente esas máquinas.

-¿Es un buen nicho de empleo?

-Lo es, el poder aprender temas de Automática tiene mucho futuro. De aquí a pocos años la forma de trabajar de la gente será muy diferente; de bajo nivel habrá muy poca cosa y necesitamos incorporar formación para que la gente domine estas máquinas que harán los trabajos más rudimentarios y repetitivos, pero de una forma precisa y con bajo coste. En este sentido hay una polémica sobre si los robots tendrían que pagar a la Seguridad Social, como las personas a las que reemplazarán. Algo tendrán que pagar para que todo el mundo tenga trabajo. Pero sobre todo se trata de formar a los jóvenes para este mundo. Siempre hará falta, habrá muchísimo trabajo de este tipo.

-Es fundamental para la industria 4.0...

-Exacto, y no solo son los robots. Los sensores también son fundamentales, por ejemplo en las compañías de agua, donde han empezado a sustituir a las personas encargadas de controlar la calidad. Es fácil diseñar estos sensores, y son parte fundamental de la nueva industria. Estamos hablando también de los instrumentos, las comunicaciones, las redes de comunicación... Será el futuro de las industrias y también de las empresas de servicios. Las eléctricas, las empresas de agua y gas, tienen unos activos que necesitan ser inspeccionados de continuo, y resulta imposible que sea una persona la que lo haga. Los sensores nos permiten hacerlo, y anticiparnos a la degradación de los elementos con anticipación, antes de que se averíen. Eso también supone un gran ahorro de costes.

-¿Son conscientes las empresas de la necesidad de ir sumándose a todas estas novedades?

-Sí, porque tienen que ser competitivas.

-¿Están preparadas para asumir los cambios?

-Con la crisis lo primero que dejan atrás es la investigación, y eso es un grave error. Las empresas saben que o están innovando continuamente en la mejora de procesos y productos o si no, no son competitivas. Las empresas están obligadas a innovar e introducir estos conceptos para ganar en competitividad.

-¿Dónde está el techo de estos desarrollos?

-No habrá, lo ideal sería que pudiéramos estar en la playa y que las empresas estuvieran totalmente automatizadas. Y que al final de mes cobráramos porque somos quienes han programado todas las máquinas. El concepto final de automatizado no existirá nunca. Y siempre necesitaremos a las personas, que con su inteligencia se dan cuenta de cosas de las que las máquinas no se enteran. La inteligencia artificial está muy bien, pero la humana la supera y las decisiones finales las tomarán las personas.

-¿Cuál es el reto inmediato?

-La digitalización de la industria y los servicios, incluso a nivel doméstico. La digitalización no solo son los robots, y deben llegar a todos los campos. Hay múltiples áreas de desarrollo. Por ejemplo, hemos estado trabajando en el diseño de ascensores sin averías, con sensores capaces de adelantarse a los problemas. O el mundo de los coches y la conducción autónoma: habrá que ver cómo se diseñan para que eviten accidentes con coches no automatizados, pero creo que también veremos cómo ayudarán a reducir el número de muertos en carretera. Y espero que pronto haya también un robot planchador.