Un viaje por el rock y el pop, y una sorpresa para el público gallego. Eso es lo que tienen preparado Wyoming y Los Insolventes para su concierto de hoy en el Playa Club, donde tocarán a partir de las 23.00 horas. El cóctel explosivo, formado por el grupo Última Experiencia y el presentador de El Intermedio, sirve de catarsis al conocido showman, que encuentra en la música el refugio al panorama político actual.

- Diez años con el mismo tour , La Gira Interminable , ¿nunca se cansa de tocar?

-De tocar no se cansa uno nunca. Siempre te carga las pilas, la música es lo más estimulante que he conocido en mi vida.

- ¿Qué versiones han añadido últimamente?

-La más nueva es una sorpresa porque es de un grupo gallego. Luego hemos montado canciones de Smash Mouth, otras de Andy Warhol, que son más modernillos, y algunos temas antiguos del pop español.

- Han descartado los temas propios. ¿También grabar un disco?

-No tenemos interés. Es que el mercado del disco, realmente? Ya no tiene sentido. El disco ya no tiene ningún valor. Se hace fundamentalmente para organizar giras, y nosotros ya la tenemos hecha.

- ¿Cómo está el oficio de músico?

-Peor que nunca. Cuando yo empezaba en la música no me conocía nadie y ganaba mucho más dinero de lo que pagan ahora a los grupos conocidos. Ahora en Madrid no les pagan, incluso hay muchas salas que cobran por tocar. Le llaman alquiler de escenario. Al músico le dicen "si quieres tocar toca, es tu problema". No se entiende como una profesión, por primera vez en mucho tiempo.

- Su relación con el escenario viene de lejos, ¿siempre hizo rock?

-Sí, lo primero que hice en un escenario fue rock con una banda aquí en Madrid, y desde entonces no he dejado de hacerlo. Siempre he estado subido a un escenario de una forma u otra.

- También en El Intermedio , su "terapia personal".

-El rock and roll es una buena solución a la información política, que es lo que al final se ha comido al programa, y que en este país es un desastre total. Por más que se empeñen, estamos a años luz de las democracias normales. En ningún país normal el presidente de la nación tiene que ir a declarar a ver si ha recibido dinero extra o no y, sobre todo, en ningún país normal M. Rajoy sería una cuestión indescifrable. Este país es una locura, el que dice que hay que imponer la ley es el primero que se la salta.

- Hablaba esta semana de todas las comunidades cuyos problemas han quedado tapados por la cuestión catalana, ¿se habla demasiado de Cataluña?

-Es una cortina perfecta, pero el problema no es que se hable demasiado, sino que se habla solo de eso. Están aprovechando para hacer mil desmanes. Por ejemplo, para mí la noticia de este año es que esta semana quitaron al señor que hizo ir a declarar a Rajoy. Y lo ha quitado una señora a la que han puesto por encima de él y a la que ellos recusaron por proximidad al Partido Popular. Cuando vives esto todos los días, al final solo te queda o saltar por el balcón, o subir al escenario. Yo prefiero subir al escenario.

- Con el tema catalán ustedes han optado por iniciativas como la campaña Amigos para siempre . ¿Encuentran respuesta en el público, o tiran más cosas como el boicot a los productos catalanes?

-Aquí la gente habla de nacionalismos, y solo habla de nacionalismos catalanes y vascos. Nunca hablan del nacionalismo español, que es igual de chungo. Hay un nacionalismo español muy arraigado y que la gente niega. Por lo menos los nacionalistas catalanes dicen que lo son.

- Da la sensación de que con sus iniciativas apelan a los ciudadanos para lograr algo que la política parece no ser capaz de conseguir.

-No es que la política no sea capaz de conseguirlo, es que la política no quiere hacer el trabajo que le toca. Porque no le interesa. Le interesa más enfrentar y sacan rédito de esto. De hecho, con este conflicto les ha ido muy bien.

- ¿A quién?

-A las dos partes que estaban en litigio. Han salido muy fortalecidos. Sobre todo, porque estaban hundidas. Sin embargo, los ciudadanos son víctimas de ese juego y se dedican a discutir en los bares, cuando ellos no tienen nada que discutir aquí. Para eso delegamos.

- Pero parece que delegamos mal.

-Sí, horrorosamente mal. El ciudadano es el que podía haber transformado la sociedad, y parece que no está por la labor. Al final es muy conservador, no quiere líos? Pero nada se consigue sin esfuerzo. Si hemos llegado hasta aquí es por gente que se metió en líos. Por ejemplo, me llamaron ayer por un homenaje por el centenario del nacimiento de Marcelino Camacho. Este señor se chupó muchísimos años de cárcel solo por decir una cosa: que los trabajadores deberían tener derechos. Si no hubiera habido gente así, no habríamos llegado a donde estuvimos. Ahora estamos volviendo a la época anterior, con salarios de hambre. Por primera vez en la historia de España desde hace decenios, la pobreza pasa a estar en manos de gente que está trabajando en jornadas de ocho horas. Esto es tremendo.

- ¿Somos demasiado conformistas?

-No, es peor que eso. Somos agentes activos de lo que está ocurriendo. La gente con su voto pone a quien pone.