La innovación tiene que estar en el ADN de la red de agentes públicos y privados que integran el sector turístico, sostiene el presidente de la Sociedad Estatal de Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (Segittur). Fernando de Pablo explica que, hoy en día, "toda la estructura de cualquier negocio tiene que pensar de forma innovadora". Advierte a las pymes que la digitalización "no es ya una opción, sino una necesidad" y que, de no hacerlo, se arriesgan a desaparecer.

-La digitalización del sector turístico no se está produciendo al ritmo que convendría, según advierten diversos expertos e informes.

-Hay avances, pero el proceso es complejo. La Secretaría de Estado de Turismo lleva desde 2012 impulsando la investigación, el desarrollo y la innovación aplicada a productos y servicios del sector turístico. Desde ese año, estos programas han permitido a empresas y emprendedores realizar más de 300 proyectos, con una financiación de 80 millones de euros y que ha supuesto una inversión total directa de más de 110 millones. Y actualmente se está trabajando en el lanzamiento de las convocatorias de 2018, para contribuir a acelerar la digitalización del sector y reforzar su competitivida

-El sector turístico español es uno de los líderes mundiales, pero no termina de coger el tren de la digitalización. ¿Por qué?

-El turismo no solo es un sector complejo y diverso, integrado por numerosos agentes, sino que se encuentra en pleno proceso de transformación. La innovación tiene que estar en el ADN de toda esa red de agentes que lo integran, ya sean públicos o privados. Los sistemas del futuro no son ya jerarquizados, sino sistemas en red. Además, la innovación tiene que responder a un diseño top-down en cualquier negocio, es decir toda la estructura tiene que pensar de forma innovadora, desde la cúpula hasta el último trabajador. Para mantener la competitividad que tenemos ahora debemos digitalizarnos. Tanto para ofrecer mejores servicios y ser más eficaces como para llegar al turista más adecuado, y captarlo. Porque la competencia es cada vez mayor.

-Sobre todo si se recuperan destinos competidores como Turquía, Túnez o Egipto.

-Aunque es verdad que una parte de quienes nos visitan viaja a España porque no se atreven a hacerlo a otros destinos, yo no minimizaría el hecho de que la mayoría de ellos vienen a España porque quieren conocer nuestro país, más allá de que algunos competidores atraviesen momentos difíciles. Lo importante es tener conciencia de que cada vez se están abriendo nuevos mercados turísticos por todo el mundo, y que los turistas los visitan aunque no tengan grandes infraestructuras turísticas. Además, cada vez es más fácil conectarse a sitios más lejanos de forma más barata. Se construyen nuevas aeronaves y cruceros al tiempo que hay un crecimiento constante de la demanda. Por ello es fundamental que todos entendamos que tenemos que aumentar la competitividad del sector.

-A quienes más está costando afrontar la innovación es a las pymes, que además son mayoritarias en el sector turístico. ¿Hay que tutorizarlas?

-Por lo que a nosotros se refiere, Segittur trabaja sobre todo con los destinos. Las pymes y su digitalización se promueven desde otros ámbitos, aunque nosotros colaboramos desde luego en su transformación digital. Está claro que las pequeñas y medianas empresas, como las grandes, deben tomar conciencia de que la digitalización no es una opción más a contemplar, sino una necesidad que les va a permitir crecer e incrementar su competitividad. Y en último término sobrevivir porque, aunque no me gusta dramatizar, algunos estudios predicen que el 40% de las empresas pueden morir en diez años si no acomodan sus negocios a las nuevas tecnologías y las demandas de los usuarios.

-¿Y cómo combatir la resistencia al cambio que se produce tanto a nivel individual como en las empresas y organismos?

-Todos tenemos por naturaleza una cierta resistencia al cambio, y más los que somos analógicos de nacimiento. Salvo los millennials, que son ya nativos digitales, todos nos tenemos que reconvertir. Además, uno de los problemas que va a tener que afrontar el turismo es que cada vez van a llegar viajeros más jóvenes. Es verdad que en Europa cada vez hay más turistas senior, pero los que nos llegan por ejemplo de Asia son cada vez más jóvenes. Y no podemos enlatar a este turista digital en un entorno turístico analógico. Ese choque lo tenemos que prever y afrontar. Por otro lado, la resistencia al cambio se da en todo tipo de organizaciones. ¿Por qué? Porque se les está pidiendo que un trabajador, hasta ahora responsable y exitoso, cambie de forma de trabajar y lo haga además con tecnología que no domina. Es lógico, por tanto, que ese cambio les cree inseguridad. Lo que no conocemos siempre produce miedo, pero podemos sobreponernos con capacitación.

-La tecnología están cambiando la relación con el turista, ¿cree usted que afectará también al modelo de integración con el residente local, que en algunos destinos está causando problemas de convivencia?

-El turismo es un ecosistema con muchos actores y para que funcione todos los actores tienen que salir ganando. Si un actor pierde, hay un desequilibrio. La congestión de algunos destinos puede llevar a una percepción de los ciudadanos sobre los efectos secundarios del turismo. Por tanto, en la ecuación de la mejora del turismo hay que tener en cuenta la propia percepción del residente local, para que no lo perciba sólo como un negocio que beneficia a unos cuantos, sino como un factor esencial de intercambio cultural entre pueblos de distinta religión, raza y cultura".