"Tienen un gran valor documental porque no creo que haya un fotógrafo en A Coruña que tenga esas fotos", explica José Caruncho sobre la selección de imágenes del fotógrafo Juan Cancelo Sanjuán (1892-1988) que se exponen desde el 30 de enero en la sala de Palacio Municipal. Para poder llevar a cabo esta iniciativa, Caruncho, también fotógrafo, tuvo que bucear entre los restos del archivo de Cancelo, ya que el local fue destruido por un incendio y la mayor parte del material se perdió.

"Vi que los bomberos habían tirado agua por encima y que guardaron lo que se salvó sin secarlo, por lo que hay cajas que no se pueden ni abrir", explica Caruncho, quien seleccionó los negativos válidos , los escaneó y retocó para mejorar su calidad. Junto con el periodista Antonio López Mariño, propuso luego al Consello da Cultura Galega organizar una exposición sobre la obra de Cancelo, lo que fue acogido con entusiasmo por el organismo ante la trascendencia histórica que tienen muchas de las fotografías rescatadas.

Es precisamente esta valía la que motiva que el historiador Emilio Grandío se encargase de la organización de la exposición y que incluya en el catálogo un texto sobre la transición de la República al franquismo que reflejan las imágenes capturadas por Cancelo, quien se convirtió en un notario de la actualidad a través de las páginas del diario El Ideal Gallego.

"Fue el primer fotoperiodista de Galicia, que ilustraba con sus fotos los artículos de los periodistas", destaca Caruncho, ya que hasta que Cancelo inició su actividad los fotógrafos no se dedicaban profesionalmente a esta labor y vivían de su trabajo como retratistas. "Vivía únicamente de la fotografía de prensa, aunque su mujer tenía un estanco", añade Antonio López Mariño, quien además señala que lo que ardió más que su estudio era el laboratorio en el que revelaba, puesto que en aquel local no hacía fotografías "porque su verdadero era la calle".

Pero, al margen de la sagacidad para estar en el lugar adecuado en el momento preciso, Cancelo disponía de otra cualidad que le permitía obtener fotografías que a otros se les negaban. "Era un hombre tan afable que tenía derecho de pernada con todo el mundo", destaca Caruncho, ya que su carácter le hizo posible fotografiar numerosas veces a Francisco Franco, primero como militar republicano de alta graduación junto a Manuel Azaña y Santiago Casares Quiroga en A Coruña, y luego como jefe del Estado en muchas de sus visitas a la ciudad. Incluso fue el autor de la única foto realizada a Franco dando un beso a su mujer, Carmen Polo.

"Esas fotos no se las he visto a otros fotógrafos, ni Foto Blanco las tiene porque no le dejarían ni acercarse", comenta Caruncho, quien recuerda que Cancelo fue el único que conversó en gallego con Franco sin que nadie le reprendiese.

Al observar las imágenes que integran la muestra, Caruncho advierte al público que deben tener en cuenta que en aquella época las cámaras no usaban película, sino placas de cristal y que además los fotógrafos tenían que enfocar y hacer posar a las personas durante bastante tiempo, algo que hoy sería imposible. Como trabajador de la información, Cancelo tomó innumerables fotografías de todo tipo de acontecimientos, algunos de los cuales no se inmortalizaban hasta entonces, como juicios o accidentes, aunque la exposición se centró en una serie de aspectos que se organizan a través de las secciones: República, guerra, religión, mujer, sociedad y mar.

Illa rota es el nombre elegido para esta exposición al considerar que a principios del siglo XX A Coruña era una isla republicana en medio del mar monárquico que era Galicia y que se quebró con la Guerra Civil. Las imágenes de miles de personas haciendo el saludo fascista en el Obelisco o de los presos obligados a rezar de rodillas en la cárcel -la preferida de Caruncho- son un reflejo de aquel vuelco sufrido por la ciudad.