Desde el diario Madrid al semanario Tiempo, Nativel Preciado (Madrid, 1948) lleva cuatro décadas pegada a la actualidad y defendiendo su oficio. Su último libro, Hagamos memoria, va de políticos y periodistas, desde la Transición hasta nuestros días.

-¿Ha visto ya la película Los archivos del Pentágono ?

-Las películas, sobre todo las buenas, fomentan la nostalgia y nos hacen creer que el pasado siempre fue mejor. En Los archivos del Pentágono Spielberg refleja un momento excepcionalmente heroico del periodismo, pero no todo era así. En aquella época también había mucha sumisión, sensacionalismo y complacencia con el poder. Para comprobarlo, no hay más que ver las películas en blanco y negro de Billy Wilder, donde los periodistas suelen aparecer como unos vendidos y unos muertos de hambre. Al poder, que sueña con ser absoluto y descontrolado, siempre le estorban los jueces, los periodistas, en definitiva, la transparencia. Muchas veces logran neutralizar los contrapoderes, pero no siempre.

- ¿Ha pasado ese tiempo en el que el periodismo resistía a las presiones y podía dar la vuelta a un país?

-Por suerte, sigue existiendo ese tipo de periodismo tan esencial para la democracia. El poder sabe meter miedo y tiene la facultad de dar premios y castigos, y es difícil resistirse o ser indiferente al miedo, al premio o al castigo. Como en todas las profesiones, hay quien solo busca hacerse rico, el premio y la zona de confort. Unos cuantos, sin embargo, logran resistir esa presión y hacen un trabajo heroico que influye en la vida del país de manera decisiva. Unas veces, a gran escala y contribuye a denunciar a los violadores y los pederastas o a derribar a los corruptos que abusan del poder; otras, a menor escala, y logra que se tomen medidas para mejorar la vida de un barrio o impedir pequeñas injusticias cotidianas. Y muchos periodistas se juegan su reputación, su trabajo o incluso su vida, como les sucede a los corresponsales en zonas de conflicto.

- Fue fundadora de Tiempo y también trabajó en Interviú . ¿Qué significa para usted su cierre ?

-He asistido a demasiados cierres y a la desaparición de muchas empresas periodísticas durante mi larga vida laboral. Hubo momentos, durante la Transición y en los primeros años de la democracia, que los proyectos (diarios, semanarios, mensuales...) apenas duraban un par de años y yo participé en casi todos los de aquella época, porque eran novedosos e ilusionantes. Así que debería estar acostumbrada, pero no lo estoy. Siempre duele prescindir de un medio, sobre todo, cuando ha hecho una labor importante y está consolidado. Las dos desapariciones más lamentables, para mí, fueron el diario Madrid (en 1971), donde aprendí lo mejor de esta profesión, y el semanario Tiempo (2018), donde he escrito en todos los números durante 36 años, y he podido realizar casi todos mis proyectos e incluso mis sueños periodísticos. Es triste, pero como he escrito en el último ejemplar, solo me quedan buenos recuerdos (los otros se me olvidan) de este largo tiempo transcurrido entre dos siglos. Brindo por haber llegado tan lejos.

-Ha hecho memoria en su libro sobre políticos y periodistas desde la Transición a hoy. ¿Entonces se remaba a favor y ahora se rema por bloques?

-Insisto, como ya he dicho antes, creo que hay una minoría, como entonces, que sigue remando en contra del poder. Todos tenemos que agradecérselo.

- Ricardo Costa declara que el PP valenciano se financió con dinero negro por orden de Camps. ¿La Gürtel y la corrupción no pasan factura al Gobierno del PP?

-La corrupción ya ha pasado factura al PP y creo que seguirá haciendo su efecto, pero más lentamente de lo que a los ciudadanos les gustaría. La percepción de los abusos políticos es, a veces, tan lenta como la propia justicia.

-¿Ve real la investidura de Puigdemont? ¿Cómo cree que acabará este asunto?

-Nadie sabe cómo terminará, ni sus protagonistas. Es absurdo decir algo sensato sobre Puigdemont; un político que sorprende y despista cada día, incluso a los suyos.

-¿Cataluña está paralizando todo lo demás o es que la política española vive uno de sus momentos más bajos?

-El momento político no es bueno, es más, me parece inquietante y peligroso. Ojalá salgamos pronto de esta situación tan indeseable.

-¿Qué ve más difícil de resolver: la crisis de la izquierda o la relación entre Cataluña y el resto de España?

-Son dos problemas complejos y de largo alcance. Necesitan ambos mucho tiempo para madurar.

-¿Prepara algún libro nuevo, de ficción o de periodismo?

-Casi siempre tengo abiertos dos proyectos paralelos: una novela y otro de no ficción. Los voy alternando en función del tiempo del que dispongo y así no me desespero cuando me atasco con la novela, que suele ser algo bastante frecuente. Porque la narrativa requiere paciencia, aislamiento y concentración y, sin embargo, estar pendiente de la actualidad, te obliga a la dispersión, a la inmediatez y a la comunicación con los demás, pero también te proporciona un gran sentido de la realidad. Siempre me ha gustado compaginar las dos cosas; creo que contribuye a alcanzar el equilibrio que siempre busco y nunca logro alcanzar del todo.