No sé si será posible pero, desde luego, parece razonable que se disuelvan las Cortes y se convoquen para pronto elecciones generales anticipadas.

Un Congreso prácticamente paralizado; un Ejecutivo que externaliza la gestión de su principal problema político para que sean los tribunales de justicia los que se enfrenten, que no solucionen, el problema secesionista catalán hasta el punto de encargar a los jueces que decidan quién puede, o no, ser candidato a la presidencia de la Generalitat; un Gobierno sin presupuestos y que pretende gobernar sin ellos a golpe de decreto ley y de chantajes a la oposición; unos partidos e instituciones muy seriamente contaminados por la corrupción; una gestión económica y fiscal generadoras del despilfarro, del incremento de la pobreza y de una desigualdad creciente a pesar del crecimiento económico: ¿No son éstas un carro de anomalías difíciles de compaginar con una mínima normalidad democrática? Y aquí parece estar el meollo del asunto, que el régimen democrático del 78, que tantas castañas sacó del fuego a este país, ha entrado en una profunda crisis que exige objetivamente una profunda reforma y adecuación a otras generaciones, a otra etapa histórica y al alumbramiento de tiempos complejos donde se están produciendo ya cambios muy profundos de la mano de una auténtica revolución tecnológica. Es decir, que la incapacidad para abordar los problemas políticos inmediatos por parte de nuestros representantes políticos se deriva no solo de su desidia o incompetencia sino, sobre todo, de su negativa o ineptitud a afrontar las reformas de fondo que el modelo democrático vigente necesita con urgencia. La cosa está así: o se afrontan las reformas de fondo o el modelo se desmorona, como hemos visto desmoronarse regímenes y partidos por mucho muro o mérito con que trataron de resistir. Creo que se adelantarán las elecciones inexorablemente, pero también creo que de poco valdrá la cosa si no son, cuando menos, unas elecciones "reconstituyentes", es decir, no constituyentes pero para sacar adelante reformas que afectan claramente al núcleo constitucional. Y hasta que esto no suceda estaremos empantanados como ahora estamos.