Estos días, el Ebro no guarda silencio al pasar por el Pilar. Es un río desbordado, sin cauce. Metáfora de lo que han hecho de España, del Estado español, sus últimos Gobierno, sobre todo. Por acción e inacción, ambas torpes, España no es capaz de encauzar las aguas turbulentas que proceden de ciclogénesis muy explosivas, de borrascas en cadena y del deshielo de lo acumulado de viejo. Se desborda Cataluña y se incrementan las crecidas en todos los ríos por la enorme acumulación de aguas turbulentas y turbias que, para fluir, han de hacer saltar los cauces. No basta con barreras provisionales o frágiles muros de sacos terreros. Se imponen ya gestiones de fondo para regular eficazmente la enorme presión hidráulica, que es progresiva e irreversible.

Esta misma semana la plataforma cívica y política vasco-navarra Demokrazia Bai ha lanzado un manifiesto titulado Urgencia democrática que reclama un nuevo estatus para Euzkadi y Navarra "que nos reconozca explícitamente como pueblo, como nación". En esta plataforma participan personalidades vasco-navarras de reconocido prestigio, de diversa orientación ideológica y política y de distintos estratos sociales. Entre ellos participan los dos exlendakaris, Carlos Garaicotxea y José Ibarretxe, el sindicalista Rafa Díez Usabiaga, el senador de Podemos Josetxo Arrieta o el socialista Jesús Uzkudun. En fin, una iniciativa política más pero en este preciso momento, con una gran importancia como referentes y con un contenido que tiende a superar, no ya los artificiales muros de contención recientemente construidos por el centralismo español más rancio, sino los mismos cauces acordados y consensuados en nuestra "progérica" Constitución.

Mientras todo esto sucede, las instituciones más fundamentales del Estado y las reglas del juego democrático que nos habíamos dado sufren un gravísimo deterioro de su sistema nervioso central, que las empuja a realizar movimientos espasmódicos incontrolados e inútiles o, en el mejor de los casos, a la parálisis absoluta.

Si no queremos que todo se desborde, es necesario que el Estado vaya, cuanto antes, por urgencias. Es decir, elecciones generales ya. No hay otro remedio a la vista.