Los augurios no eran del todo buenos el día del estreno. Llovía abundantemente a mitad de julio y al alcalde le costó lanzar el ataque. Se atrevió. Y lideró el pelotón de concejales que probaron el nuevo servicio de alquiler de bicicletas en un paseo marítimo lo más parecido posible al pavés de las clásicas ciclistas belgas. Salvó el patinazo temido por los corredores.

Lo mismo que la Empresa Municipal de Vivienda (Emvsa), responsable del proyecto, cuyos pronósticos para los inicios no era tan halagüeños como los finalmente registrados. Hasta 1.100 usuarios acumulan en apenas un mes las bicis repartidas en diez puntos a lo largo de la ciudad. Por el momento. Porque Emvsa planea aumentar las estaciones en las que se pueden recoger las bicicletas. Y con ellas el número de vecinos que las utilizan, según el director general de la empresa municipal, Jaime Castiñeira.

Los planes de la compañía pasan por obtener del Instituto Enerxético de Galicia (Inega) la ayuda necesaria para que los lugares en los que es posible tomar uno de los vehículos de dos ruedas se extiendan a cinco puntos más del mapa de la ciudad, de manera que alberguen hasta un centenar más de bicicletas, de acuerdo a los cálculos manifestados por Castiñeira. "Nosotros ahora ya hemos preparado un escrito para solicitar en enero, lo presentaremos en diciembre para que en enero lo aprueben, ayudas al Inega para continuar e incrementar el servicio en un 50%. Es decir, queremos incrementar cinco paradas más y después aproximadamente cien bicicletas a mayores", reconoció el director general de Emvsa.

Cinco paradas más que durante esta fase de ampliación del servicio abandonarán el cinturón formado por el carril bici y se introducirán en el "tejido urbano", en palabras de Jaime Castiñeira. En espera de finalizar los estudios que determinen la ubicación de las nuevas paradas, la empresa baraja algunos barrios donde estaría prácticamente asegurada la presencia de los velocípedos naranjas: Os Rosales, Matogrande y el entorno de la plaza de España, en Monte Alto. "Habrá que ir entrando en la ciudad viendo qué zona, primero, por facilidad de uso de la bicicleta, que eso también tenemos que mirarlo, y segundo, por el incremento de uso y por comunicaciones", añadió. El "futuro", sin embargo, se encontraría en la posibilidad de conectar con la comarca; empezando por lo cercano: Oleiros, Cambre y Culleredo.

Precisamente es en las estaciones existentes en el tejido urbano donde mayor índice de usuarios se registra, según los primeros datos. La Casa del Agua y la plaza de Pontevedra son los lugares preferidos por los inscritos en el servicio, aquellos que han elevado a los 7.238 tránsitos, alrededor de 241 usos diarios a razón de media hora de viaje. Los kilómetros no se saben, pero seguro que tantos como en una clásica belga.