Los técnicos que trabajan con los chabolistas aseguran que la familia realojada que tuvo problemas con sus vecinos de O Ventorillo fue "acosada". Fuentes municipales afirman que los residentes en Penamoa que fueron recolocados en el edificio número 19 de la calle Jaime Hervada reaccionaron contra los habitantes en el inmueble porque se sintieron amenazados por ellos. La Concejalía de Servicios Sociales, según las mismas fuentes, decidió trasladar a los cuatro chabolistas a otro piso porque en el de O Ventorrillo estaban en régimen de alquiler y van a comprar la vivienda en la que fueron reubicados.

Los trabajadores sociales, por tanto, niegan que el traslado de la familia se produjese por las denuncias de los vecinos y atribuyen la decisión a que los chabolistas prefieren comprar un piso que estar en régimen de alquiler. La familia abandonó el edificio de O Ventorrillo el lunes por la mañana. Los residentes en el inmueble aseguran que los chabolistas defecaban en las escaleras y arrojaban la basura por la ventana.

Los encargados de integrar a los habitantes de Penamoa insisten en que la familia está preparada para vivir en un piso e insisten en que el acoso de los vecinos no justifica sus conductas. "Se produjeron por una reacción ante algo", comentan. En el edificio, según fuentes municipales, alguien colgó un cartel en el que se podía leer: Gitanos, no. Los chabolistas que vivían en el entresuelo del inmueble recorrieron todos los pisos buscando al culpable y se enfrentaron con una de las vecinas.

Desde el Ayuntamiento recalcan que es la única familia de las 29 que han sido realojadas que tuvo problemas en el piso que le adjudicaron los técnicos de la Concejalía de Servicios Sociales. La Comisión para la Integración aprobó en el mes de agosto la recolocación de otros catorce grupos del asentamiento.

La mujer que reside en el entresuelo, en el piso de al lado al de los chabolistas, afirma que nunca tuvo "ningún problema" con ellos. "Hacen ruido como supongo que haremos todos", comentó. La mayoría de los vecinos del número 19 de la calle Jaime Hervada, sin embargo, denuncian que los chabolistas defecaban en las escaleras.

"Había cagadas de seres humanos y nunca bajaban la basura, la tiraban por la ventana", cuenta uno de los residentes en el quinto piso del edificio. Una mujer que vive en el tercer piso asegura que la amenazaron con "rajarla" porque se habían enterado de que se había quejado de ellos en una de las reuniones de la asociación de vecinos.

Los habitantes en O Ventorrillo exigen al Gobierno municipal que controle los realojos de los chabolistas y solicitan que la situación no se vuelva a repetir. Los afectados destacan que el piso queda vacío y reconocen que temen que el Concello recoloque en él a chabolistas.