Las últimas huellas de la catástrofe del Mar Egeo, que permanecen sumergidas en las costas de la Torre de Hércules, desaparecerán durante el próximo año. La extracción de los restos del petrolero, que se hundió el 2 de diciembre de 1992, comenzará en los próximos días, después de que el Ministerio de Defensa adjudicara ayer en subasta los trabajos a la empresa Desguaces Petrallo, que mejoró la oferta de la otra firma que pujaba, Desguaces Lema.

El acuerdo que firmarán el Ministerio y la compañía establece que Defensa se quedará con el 22% de los restos encontrados y que la empresa de desguaces dispondrá del 78% restante.

Las quejas de la Cofradía de Pescadores, que denunció que los aparejos de pesca se quedaban enganchados en las ruinas del buque, han desencadenado esta decisión y la desaparición de las ruinas submarinas, que además de servir como recordatorio de la tragedia se han convertido en arrecife artificial en el que conviven peces, pulpos y crustáceos.

El secretario de la Junta Delegada de Enajenaciones y Liquidadora, teniente Tejeiro, recordó que los trabajos para la retirada del buque sumergido deben finalizar antes de que transcurra un año. "Desde el momento en el que se firme el contrato, algo que se hará en diez o quince días, podrán comenzar los trabajos y la empresa dispondrá de un año para completar las labores de retirada", informó el teniente Tejeiro.

El presidente de Desguaces Petrallo, José María Sánchez, garantizó que su empresa comenzará a sacar los restos a la superficie "cuanto antes", en previsión del empeoramiento de las condiciones meteorológicas de los meses de otoño e invierno. "En cuanto nos den permiso empezaremos a cortar chapa y a sacar restos, porque después el tiempo es peor y se tarda más", declaró.

El empresario explicó además que su empresa venderá su 78% de los restos a Megasa, una empresa siderúrgica ubicada en Narón. "Lo único que esperamos recuperar es chatarra y pensamos venderla toda", manifestó José María Sánchez antes de recordar que desguaces Petrallo no obtendrá ningún pago por completar la retirada y que sus únicos beneficios serán los ingresos obtenidos por la venta de los restos.

El Mar Egeo se encuentra actualmente partido en dos y las dos piezas están separadas por unos 500 metros de distancia. El presidente de Desguaces Petrallo dice no atreverse a aventurar un plazo para completar la retirada pues, aunque está seguro de que cumplirá su compromiso de sacar los restos a la superficie antes de que pase un año, reconoce que los trabajos resultarán muy complejos.

"Hay que cortar piezas que

pesan toneladas y sacarlas a la superficie. Habrá días que nos los pasemos cortando y en los que

no retiremos ningún resto", advierte el empresario, que tampoco quiso cuantificar los beneficios que espera obtener por la venta

de las ruinas de un petrolero que forma ya parte de la historia de la ciudad.