La segunda fase del paseo marítimo de Mera parece no convencer a vecinos ni formaciones políticas. Los primeros en denunciar las deficiencias de la actuación fueron los miembros de la asociación de vecinos Semade, que engloba las parroquias de Serantes, Maianca y Dexo. Ahora los descontentos son los miembros del Partido Popular de Oleiros.

El Partido Popular considera un "absoluto despropósito" la ejecución de la segunda fase del paseo marítimo de Mera, que realiza la Demarcación de Costas sobre el trazado estipulado por el Ayuntamiento de Oleiros.

El portavoz municipal popular, Pablo Cobián, destacó de forma especial el tramo final de la playa de Espiñeiro, que tiene una pendiente más propia de una carretera de alta montaña que de un paseo litoral, y que será muy difícil que pueda ser utilizado por niños, personas mayores o minusválidos. "Hay partes del paseo que parecen sólo aptas para los alumnos del Inef", afirmó Cobián.

El Partido Popular señaló que no es lógico hacer un paseo que sube y baja los acantilados y que no mejora los accesos a la playa. Añadió que una visita al lugar permite comprobar que sería mucho más sencillo, rápido, barato y útil habilitar una senda por el borde del arenal, sin grandes desniveles, con un perfil como el de la primera fase de la actuación.

El edil popular atribuyó a la "cabezonería" del alcalde, Ángel García Seoane, el empeño en llevar el paseo por la parte alta del litoral, una solución mucho más compleja y costosa. Cobián denunció la "total ausencia de un criterio uniforme en las expropiaciones" e indicó que en unas zonas se ocupan parcelas casi enteras expropiando mucho más terreno del necesario para la obra y en otras apenas se afectan un par de metros, lo que supone una "desigualdad de trato a los vecinos".

El portavoz del PP indicó que el retraso de la obra es consecuencia de la obsesión del alcalde por elegir una "opción prácticamente inviable". Dijo también que, de momento, en Mera no hay un paseo, sino dos, el de Penatouro y el de Espiñeiro, e indicó que hay un tramo, el que bordea la finca Penatouro, que está pendiente de resolución judicial.

Cobián denunció también que las bajas en el presupuesto de adjudicación repercuten en el acabado y en la calidad de los materiales empleados en una obra de final incierto. "Es difícil saber cuándo estará terminada y, visto lo visto, más preocupante aún cuál será el resultado final.", dijo. El edil se quejó de la presencia de los restos de escombros del restaurante de Espiñeiro, esparcidos por el arenal, lo que puede suponer un peligro para los usuarios.