El Juzgado de lo Penal número 4 ha ordenado precintar el club Milenium, un local de alterne ubicado en Vilarrodís, en el que obligaban a chicas a prostituirse. Transcurridos nueve meses de la publicación de la sentencia, la policía ha precintado finalmente el local, que permanecerá cerrado dos años y medio.

El propietario del club, Ramón L.L., fue condenado a tres años de prisión y al abono de una multa de 2.700 euros. El imputado aceptó esa condena para evitar la celebración del juicio y la posible imposición de una pena de nueve años de cárcel, pedida inicialmente por el fiscal. El otro procesado, Miguel Ángel P.D., que se encargaba de contactar con las chicas, fue condenado a un año y medio de prisión y a una multa de 1.080 euros.

Según el relato de los hechos que realizó el representante del Ministerio público, ambos imputados se pusieron de acuerdo para contactar con dos mujeres en Venezuela a las que ofrecieron 10.000 dólares para servir copas en un club. Miguel Ángel P.D., a través de una tercera persona, les hizo llegar a las jóvenes los billetes de avión y dinero en efectivo para que pudiesen llegar a España.

En el escrito del Ministerio se explica que ambas viajaron el 18 de marzo de Caracas a Madrid, con billete de vuelta, y posteriormente a A Coruña. Una vez en el club Milenium, el gerente les explicó que habían contraído una deuda de 5.000 euros con la organización que les había traído a España y que tendrían que amortizarla mediante encuentros sexuales con los clientes o alternando en la cafetería. Según consta en la denuncia, se les dijo que por cada relación cobrarían 45 o 50 euros, de los que 15 eran para la vivienda y la comida, ocho para la habitación y el resto para saldar la deuda.

En el relato de los hechos se matiza que las mujeres se negaron, pero que se les aseguró que no podrían salir y que se les indicó que sólo podrían dejar las instalaciones acompañadas de personal del club. Pese a recibir varias amenazas, las víctimas consiguieron huir y presentar una denuncia en comisaría. Estas dos mujeres no son las únicas que han denunciado al gerente del local. Una joven colombiana escapó del establecimiento con ayuda de un cliente y declaró que el gerente la obligaba a prostituirse.