La magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 ha llamado a declarar a los tres primeros imputados por la muerte en el colegio Liceo La Paz del alumno Diego Novo, que se ahogó en la piscina del centro el pasado 30 de marzo. Hasta el momento, las personas que habían sido citadas por el juzgado lo habían sido en calidad de testigos, pero ayer fueron escuchados como imputados la monitora sustituta que ese día se hizo supuestamente cargo de la clase del fallecido, el socorrista de la piscina y el coordinador de las actividades acuáticas. Este último aclaró que su misión se limita a elaborar los horarios e insistió en que no tiene ninguna facultad para dirigir el trabajo del personal contratado para la piscina. Reconoció, no obstante, que no existen normas ni verbales ni escritas sobre la seguridad en la piscina, según explicó ayer el letrado de la familia, José Luis Gutiérrez Aranguren.

Las explicaciones dadas por la monitora y el socorrista no lograron esclarecer lo que sucedió en la piscina. Ambos suponen que el menor salió de primero del agua y en lugar de ir a los vestuarios se fue al cuarto de baño. Esta versión coincide parcialmente con lo manifestado por la profesora de apoyo que ayuda a los niños a vestirse y que contó que había visto a Diego Novo descalzo en dirección a los aseos.

Las dos personas que deberían haber estado pendientes del niño creen que esto fue lo que ocurrió, pero ninguno de ellos recuerda el momento en que el menor salió del agua y abandonó el recinto. Dijeron estar seguros de que no le habían dado permiso para ir a los aseos y tampoco se acuerdan de haberle sacado la burbuja, de hecho, ambos dijeron estar casi seguros de que no lo habían hecho, aunque todos los testigos que han declarado hasta el momento manifestaron que es imposible que un niño de cuatro años se retire solo el flotador.

Sobre la visita al baño, la profesora de apoyo dio otra versión de los hechos en lo referente a los horarios, pues dijo que cuando vio a Diego Novo la clase de natación todavía no había finalizado, lo que supone -indica la acusación particular- que alguien tuvo que darle permiso para salir del agua y dirigirse solo a orinar, extremo que los imputados niegan.

La monitora y el socorrista discreparon sobre quién era ese día responsable del grupo de niños del que formaba parte la víctima. La profesora de natación titular tuvo que ausentarse ese día del colegio y, según declaró, habló con los dos para comunicarles esta situación. El socorrista reconoció que así había sido y dijo que él vio cómo la titular también hablaba con la sustituta, lo que ésta niega, según Gutiérrez Aranguren.

El socorrista explicó que él fue quien recibió al grupo porque la monitora estaba acabando con otra clase e indicó que después fue ella quien se hizo cargo de los alumnos. La chica, sin embargo, defendió que ella sólo estuvo en la clase de apoyo, ya que al tratarse de niños pequeños que no necesitan una formación específica, fueron atendidos por el socorrista. Sobre este extremo, el abogado de la familia recordó que el socorrista no tiene el título de instructor de natación.

Ambos reconocieron que no cuentan a los niños cuando salen del agua. Explicaron que no los conocen a todos y que por eso consideran más apropiado que sean sus tutores los que se aseguren de que están todos. No obstante, la monitora insistió en que siempre están pendientes de los niños, de ahí que no se explique lo que pudo haber pasado. Dijo que en ningún momento entró en los vestuarios el día en que falleció Diego Novo, lo que significa que estuvo todo el tiempo en las inmediaciones de la piscina donde falleció ahogado.

Sobre una conversación que mantuvo con unas niñas de Secundaria aclaró que fueron unos segundos, por lo que no se despistó durante mucho tiempo, según dijo.

Para Gutiérrez Aranguren, la forma de sacar a los niños de la piscina y llevarlos al vestuario supone un "descontrol absoluto". El letrado cree, además, que los monitores, tanto los llamados en calidad de testigos como los imputados, no cuentan todo lo que saben para evitar ser condenados. El abogado de la familia entiende que están ocultando información y que "hay algo que callan".

La magistrada pidió ayer a las partes que presentasen sus propuestas sobre las personas que quieren que sean llamadas a declarar. Gutiérrez Aranguren propuso que lo hagan, en calidad de imputados, el representante legal del colegio Liceo y el jefe de estudios, por entender que tendrían que haber velado de una forma más eficaz por la seguridad de los alumnos. También quiere que vuelva a ser citada la profesora de apoyo, pero en calidad de imputada. Cree que también tiene responsabilidad en el fallecimiento del niño por haberlo visto solo de camino al baño y seguir su camino sin esperarlo.

El letrado de la familia ha reclamado también que se pida al 061 la grabación de la llamada de auxilio, para saber a qué hora exacta se produjo y qué fue lo que dijo la persona que llamó.

El personal del colegio está siendo asistido por el letrado Antonio Platas, quien ayer aclaró que el deseo de la dirección del Liceo es conocer en qué circunstancias exactas se produjo el ahogamiento. El abogado recordó que la piscina del centro lleva abierta cuarenta años sin que se haya producido incidente alguno y que está vigilada por personal cualificado.