Cuenta la leyenda que en los montes de Santa Marta, en A Laracha, y de Santa Leocadia y de A Estrela, en Arteixo, vivían separadas tres hermanas que construyeron sendas capillas con las fachadas enfrentadas para poder saludarse en la distancia.

Hasta hace poco más de cinco décadas, al último de estos templos, el del monte da Estrela, acudían cientos de fieles en romería. Entre gaiteros y rosquilleras, los romeros ascendían al alto, girando alrededor del crucero, para llegar a las inmediaciones de la capilla y celebrar allí una comida campestre amenizada por los cánticos y bailes.

Así recuerdan vecinos de la parroquia arteixana de Monteagudo y de A Laracha la tradicional procesión que ahora la asociación cultural Monte da Estrela, constituida hace un año, pretende recuperar. "En sus recuerdos se percibe mucho cariño hacia esta romería", explica Verónica Blanco Magariños, presidenta del colectivo, en cuya labor de investigación entre los vecinos se basará la recuperación del festejo. "A nosa señora da Estrela/ ela vai polo Petón/ en manguiñas de camisa/ vai ver aos de Caión", reza una de las dos estrofas que ha conseguido recuperar de las que se cantaban en el ascenso a la capilla.

El próximo 4 de julio le devolverán la vida a este festejo popular. Utilizarán el camino original, con alguna variación en el segundo tramo por problemas con la adecuación del vial. Monte da Estrela agradece a la Concejalía de Medio Ambiente la colaboración en la limpieza de los senderos.

La intención de la asociación es, una vez dado el impulso inicial, poner en manos de los vecinos del lugar la organización de la romería. "Si quieren que siga adelante, tienen que implicarse", opina y reconoce que una parte de la entidad vecinal de Monteagudo ya lo está haciendo. El programa de la romería puede consultarse en la página web www.montedaestrela.org.

Esta entidad sin ánimo de lucro considera que ya ha obtenido "logros importantes" en su defensa tanto del valor patrimonial de la capilla, como del natural de su entorno. En este primer año de andadura ha conseguido los permisos de Patrimonio y del Arzobispado para desbrozar la finca donde se ubica la iglesia, el primer paso para frenar su progresivo deterioro. Pero su éxito más gratificante ha sido observar como la vida ha vuelto a la capilla. "La gente va allí ex profeso para visitarla; es positivo comprobar que se siente un interés por ella y que se está revitalizando", indica Verónica Blanco.

"Todavía queda mucho por hacer", sostiene y exige al Concello una mayor implicación en la protección del patrimonio arteixán.