La crisis es menos crisis bajo el techo móvil de una tienda de campaña o una caravana. Porque ha sido esta modalidad de destino turístico el que mejor ha esquivado los efectos negativos del retroceso económico sobre el turismo, a juzgar por los resultados que reconocen los establecimientos de estas características repartidos por los municipios cercanos a la ciudad. Ni descenso en la ocupación, salvo excepciones, ni mucho menos disminución de precios como la experimentada en las tarifas de los hoteles para hacer más benévola una caída que a finales de agosto ha sido menor de la esperada.

Lejos del pesimismo manifestado por los hoteleros a comienzos de la campaña veraniega en relación a la llegada de turistas por la caída generalizada del consumo, los temores de los gerentes de los campamentos consultados se dirigían a otro lugar: al cielo. Concretamente al clima que condicionó manera significativa la llegada de clientes durante las primeras semanas del mes de julio. Por lo demás: "Nosotros no notamos la crisis", explica Manuel Blas, desde el cámping Aguiar, en Gandarío.

El trasiego habitual de veraneantes con la residencia estival a cuestas que suele invadir los campamentos de la comarca se redujo especialmente durante los meses de junio y julio por la climatología poco habitual para esas fechas, como reconoce Antonio Carro, también desde la zona de Gandarío, en este caso del cámping Green Village. Con la llegada de agosto y en especial del buen tiempo que sí acompañó durante estas últimas semanas, las caravanas empezaron a desfilar a ritmo constante: "Estuvimos casi llenos en la quincena central de este mes", apunta Carro sobre la ocupación en las instalaciones de su cámping.

Igual que en los campamentos repartidos por los municipios de Sada, Oleiros o Arteixo, donde la mayor presencia de veraneantes ha coincidido con las dos semanas centrales de agosto. E igual también que el año pasado, no en vano todos los gerentes consultados reconocen que se han mantenido unos niveles de ocupación similares a los registrados durante el verano correspondiente a 2008. "Hemos estado más o menos como el año pasado", exponen desde el cámping Valcovo.

Los resultados de los campamentos a punto de cerrar la temporada -la mayoría clausura el verano el 15 de septiembre- contrastan de manera significativa con las previsiones apuntadas por los hoteleros al comienzo de julio. Por esas fechas, el presidente de la Asociación Empresarial de Hospedaje de A Coruña (Hospeco), Francisco Canabal, auguraba que, ante la caída de la ocupación, los turistas optarían por unas vacaciones algo más económicas.

Nada más lejos de la realidad, casi dos meses después. Ni las opciones más baratas se han disparado -"Las pensiones y los cámpings se están llenando", decía Canabal el 8 de julio- ni los hoteles han sufrido una caída de reservas tan acusada como temían. Dan fe los gerentes de los cámpings coruñeses: "Agosto estuvo muy bien hasta que empezó a empeorar un poco el tiempo, aunque no llenamos. De todas formas, desde hace unos años el cámping casi nunca se llena", asegura una encargada de Los Manzanos, ubicado en el núcleo oleirense de Santa Cruz. Peores resultados reconocen desde Sada, en concreto desde el cámping San Pedro, donde la media de ocupación que calculan transcurrida prácticamente toda la campaña veraniega es del 50%. "No hubo prácticamente ocupación, más o menos igual que siempre, nos ha salvado la gente fija que viene todos los años", indican los responsables. Aquellos clientes con abonos y parcelas en propiedad son los que finalmente han cuadrado los resultados en el campamento sadense, desde el que se apunta directamente, no a la crisis, sino al mal tiempo de este verano 2009 como responsable principal del descenso en el cómputo de clientes.

Y es que, de no ser por los habituales, la bajada podría haber sido generalizada en los cámpings de la comarca. Han sido los aficionados a esta modalidad de turismo los que, una vez más, han regresado a las instalaciones de acampada durante el verano. No se ha producido, según los gerentes, un trasvase de clientes desde el turismo tradicional, atraídos por la, a priori, alternativa más económica que ofrecen los cámpings. Muy al contrario, subrayan que los aficionados a las acampadas suelen mantener su estilo de veraneo de un año para otro, sin que se produzcan incorporaciones procedentes de otros sectores turísticos.

"Suele ser gente que le gusta este tipo de turismo", señala Antonio Carro, del Green Village de Gandarío, sobre las personas que se acercan hasta sus instalaciones ubicadas entre los municipios de Sada y Bergondo. Y que mantuvieron sus costumbres y aficiones pese a que los campamentos del área de influencia coruñesa decidieron no rebajar los precios, como sí hicieron los establecimientos hoteleros. "Nosotros hemos funcionado igual que siempre, con los mismos precios", añade Carro sobre las tarifas. "Igual que siempre", confirman desde el cámping San Pedro de Sada acerca de los abonos correspondientes a este verano.

El sector se felicita por los registros de ocupación, teniendo en cuenta, insisten, el clima atípico experimentado durante el verano. "No ha venido menos gente que el año pasado", indica con alivio Manuel Blas sobre los resultados obtenidos en las instalaciones de Aguiar. El sentimiento es extensivo también a Oleiros, Arteixo y Sada.

Los que mantienen abierto durante todo el año y no interrumpen su actividad esperan maquillar los resultados y aumentarlos teniendo en cuenta no sólo la temporada de verano. Es el caso del cámping Aguiar de Gandarío que a partir del mes de octubre espera que empiecen a presentarse los turistas procedentes del extranjero. "Vienen a partir de octubre", señala Manuel Blas. La presencia de veraneantes de otras partes de Europa también se ha dejado notar durante los dos últimos meses en los campamentos de los alrededores de A Coruña, pese a que su afluencia también es regular una vez finalizado el verano. "A nosotros nos llegan muchos franceses e ingleses, sobre todo", reconoce la encargada del cámping Los Manzanos, en Oleiros. Entre todos ayuda a que el negocio se mantenga en los márgenes normales.