Cientos de casas van a quedar "fuera de ordenación" en el futuro plan general porque superan la altura máxima que establece el Ayuntamiento para su calle. En la revisión del documento urbanístico, que se encuentra a exposición pública, se fija un número máximo de alturas en función del ancho de la vía. El Concello argumenta que esta circunstancia no implica que los vecinos pierdan su casa, es decir, que se tenga que derribar el inmueble para levantar uno nuevo que se ajuste a la futura normativa. Las viviendas podrán venderse o reformarse. Sin embargo, la medida aprobada por el Gobierno local acarrea un problema para los propietarios: de demolerse la edificación, el solar perderá valor; cuantas menos alturas se puedan construir, más se devaluará el precio del terreno.

"Los edificios se mantienen en pie, a no ser que exista una norma que favorezca o fomente su demolición", tranquiliza la concejal de Urbanismo, Obdulia Taboadela. El futuro documento urbanístico apuesta por modificar "normas ambiguas o excesivas para garantizar una correcta calidad medioambiental en la ciudad consolidada" y que han generado "sobreedificación". Entre los cambios realizados, el planeamiento desarrolla una fórmula para establecer el número de alturas máximo de un edificio en función de la anchura de la calle.

El Ayuntamiento divide la ciudad en "configuración semiintensiva" y "configuración intensiva". En el primer caso, la altura no podrá superar el ancho de la calle divido por tres: si la anchura de la vía es menos de diez metros, la casa puede tener un máximo de tres alturas; si mide entre 10 y 12, cuatro; entre 12 y 15, cinco plantas; entre 15 y 20, seis; entre 20 y 25; siete alturas; y si la calle supera los 25 metros de ancho, hasta ocho plantas. En este caso se encuentran los ensanches más antiguos de la ciudad, como Monte Alto y el entorno de las plazas de Lugo, Galicia, Vigo, Recife y Maestro Mateo. La asociación vecinal de Monte Alto, que presentará alegaciones al plan, ha convocado una asamblea para el 30 de enero en su local social a las 11.00 horas para resolver las dudas sobre el futuro planeamiento, entre las que se encuentra la disminución de la altura máxima de los edificios en un barrio caracterizado por sus calles estrechas.

La denominada configuración intensiva corresponde a los barrios del Agra, Sagrada Familia, Os Castros, Oza, Montiño, Cuatro Caminos, Os Mallos y A Gaiteira. En estas zonas, los edificios contarán con una altura más que la fijada para los barios con configuración semiintensiva. Por ejemplo, en las vías cuyo ancho no llega a los diez metros se podrán construir inmuebles de hasta cuatro plantas.

El Ayuntamiento afirma que el nuevo plan es más estricto que los anteriores en cuanto a la altura máxima de las casas: "Las edificaciones que superen dichas alturas quedan en situación de fuera de ordenación parcial, lo que supone que rebajarían la altura en el hipotético caso de su substitución, aunque no constituye una alteración significativa respecto a su régimen urbanístico anterior en el caso de que la edificación se conserve o se rehabilite". Pero el propio Concello asume que, "dada la alta consolidación del casco", la construcción de edificios de menor altura será efectiva a medio plazo.

Urbanismo no tiene contabilizado el número total de edificios que se quedarán fuera de ordenación cuando entre en vigor el planeamiento, pero se contarán por cientos. En Monte Alto, gran parte de los inmuebles supera el tamaño máximo que fijarán las futuras normas urbanísticas.

La concejal de Urbanismo sostiene que a los propietarios no les afectará que su edificio quede fuera de ordenación. La delegación coruñesa del Colegio de Arquitectos de Galicia destaca que la medida no significa que el inmueble sea ilegal "mientras se mantenga en pie y no tenga un expediente de ruinas"; es decir, que los dueños pueden solicitar licencia municipal para realizar obras de "consolidación, ornato y restauración".

La venta de un piso fuera de ordenación también será legal, aunque los arquitectos matizan que siempre con la condición de que el nuevo propietario sea consciente de las limitaciones del inmueble: que en el futuro, en caso de derribo, deberá ajustarse a la legislación.

El presidente del Colegio Oficial de Agentes de la Propiedad Inmobiliaria, Herminio Carballido, sólo pone una pega a la medida que trata de evitar los "dientes de sierra" en las fachadas: "El edificio pierde valor, no es el mismo suelo si tiene ocho alturas que si son cinco", advierte. El otro gran perjudicado será el promotor que ha comprado un solar con el fin de construir un edificio con un determinado número de plantas y ahora el plan general le obligará a levantar menos de las que pretendía.