La cadena de establecimientos Casa Barros, uno de los emblemas del comercio coruñés durante décadas, cerrará en los próximos días el último de los locales que continúa su actividad, situado en la esquina de las calles de la Franja y Bailén. La jubilación de los propietarios de la firma -dedicada a la venta de bolsos y artículos de viaje- y la negativa de los herederos a mantener este negocio motivará la extinción de la empresa, que en la actualidad tan sólo cuenta con ocho empleados.

Barros cerró el pasado verano la tienda de grandes dimensiones que poseía en la calle Real y la semana pasada aplicó la misma medida en la de la calle Betanzos, una parte de cuyos trabajadores pasaron al establecimiento de la Franja o disfrutan de las vacaciones que tenían pendientes.

Otras localidades gallegas cuentan también con tiendas de Barros, que pertenecen a otros miembros de esta familia pero que carecen de vinculación económica con la empresa coruñesa. La pujanza de esta cadena de establecimientos le llevó a regentar unos grandes almacenes en la calle Torreiro, que durante años rivalizaron con los que poseía la firma El Pote en la calle Juan Flórez.

Este centro comercial contaba con 128 empleados cuando en 1987 se vio obligado a presentar una suspensión de pagos a causa de las dificultades económicas por las que pasaba la empresa. Pocos años después se producía el cierre ante la inviabilidad de la sociedad, que por entonces ya tenía que hacer frente a la fuerte competencia que le hacían los hipermercados Continente y Alcampo, así como El Corte Inglés. Ya desde antes del cierre de estos almacenes se especuló con que serían comprados para la instalación de un gran centro comercial, aunque finalmente se transformaron en un edificio de oficinas en cuyo bajo se ubicó la primera tienda de música Virgin Megastore que se abrió en Galicia, que tuvo una existencia fugaz pese al impacto que causó su apertura.

Los otros tres locales que Barros tenía en la ciudad mantuvieron su actividad gracias a sus céntricas ubicaciones y a la popularidad de que gozaban, pero la falta de interés de los sucesores de los actuales propietarios de la firma es lo que les ha decidido a llevar a cabo un cierre sucesivo de los establecimientos que culminará en los próximos días con el de la calle de la Franja.

La desaparición de esta cadena de tiendas se registra en un momento de serias dificultades para el comercio coruñés, generadas por el fuerte impacto de la caída del consumo y la competencia de las grandes superficies de venta. Pese al atractivo que mantiene el centro para los consumidores, los locales de esta zona padecen también la crisis con gran intensidad.