Las piedras no disponen de la facultad del habla, pero tienen sus propios modos de comunicarse con los humanos y protestar cuando se encuentran fuera de sitio. Una de las integrantes del empedrado de la Ciudad Vieja ya ha hecho llegar su mensaje a una vecina de la zona.

María del Rosario Mosquera Vázquez todavía adolece de las lesiones causadas por un tropiezo con una de las rocas que, al igual que ella, habitan la Ciudad Vieja. El miércoles de la semana pasada, esta vecina de la calle Santa María se dirigía a la calle Cortaduría cuando tropezó con una piedra levantada ubicada en la vecina calle Santo Domingo. El encontronazo ocasionó a la mujer, de 74 años, daños en ambas rodillas, sobre todo en la izquierda, y en la nariz.

María del Rosario Mosquera afirma que, tras la caída, acudieron al lugar la Policía y la Cruz Roja y que, después, se dirigió a un centro médico a fin de que evaluasen y tratasen las consecuencias de los golpes que había recibido. En el parte médico elaborado por la doctora que la atendió en el servicio de urgencias constan las contusiones.

María del Rosario Mosquera tiene la rodilla izquierda todavía amoratada e hinchada y en su nariz conserva una herida y, además, asegura, un dolor tan intenso que le impide tocarla, pero asegura encontrarse ya "mucho mejor" que los primeros días después del accidente. "Hasta hace poco, tenía la rodilla izquierda que parecía una naranja", asegura la lesionada.

La vecina portaba ayer una reclamación que pensaba entregar en el registro del Ayuntamiento en la que instaba al Gobierno local a mejorar el empedrado de la Ciudad Vieja, que considera deficiente. "El alcalde no se pasa por allí", afirmó María del Rosario Mosquera con respecto a la zona de la ciudad en la que reside. La vecina atribuyó al alcalde, Javier Losada, unas afirmaciones en las que elogiaba el buen estado de las calles del casco antiguo de la ciudad.

La víctima de la pertinacia de una de las piedras de los suelos de la Ciudad Vieja asegura que el único fin de la reclamación que cumplimentó con el Ayuntamiento como destinatario es conseguir que el Gobierno local mejore el empedrado y, en general, el estado de la zona en la que reside, que considera muy descuidado. "Yo no quiero dinero, ni nada- aseveró María del Rosario Mosquera -, pero la Ciudad Vieja está muy mal".

Los vecinos de la zona, donde en la actualidad se llevan a cabo obras de mejora con presupuestos procedentes de fondos estatales, se habían quejado con anterioridad del mal estado del entorno, que consideran descuidado, abandonado y falto de actividad.