Fue una celebración con un día de retraso, puede que justificada por la sensación de que dentro de los muros el tiempo pasa algo más despacio. Pero el caso es que las internas de la prisión de Teixeiro festejaron ayer por todo lo alto el Día Internacional de la Mujer. Lo hicieron a lo grande, ante el resto de sus compañeras reclusas y parte de los presos pertenecientes a los módulos masculinos, y animadas por la asociación Nosotras Intramuros, que desde hace años trabaja para ofrecer a las mujeres que cumplen condena en el centro penitenciario actividades con las que hacer más corta su estancia en prisión.

La de ayer fue una más, aunque el simbolismo lo ponía la proximidad del Día de la Mujer. Las que ayer se subieron al escenario del auditorio de la cárcel mencionaron esta celebración nada más comenzar, en el discurso que una de las reclusas leyó ante la audiencia y en el que recordó que, hoy en día, varias mujeres ocupan cargos de la más alta representación en sus países: Angela Merkel, en Alemania; Michelle Bachelet, en Chile; y Cristina Fernández de Kirchner, en la República argentina. Pero muy especialmente el recuerdo y el ejemplo citado en la tribuna fue para Concepción Arenal, la persona que introdujo el feminismo en España y la primera mujer que obtuvo el título de visitadora de cárceles.

La celebración derivó entonces hacia el espectáculo. Un espectáculo de música y baile preparado desde hace días por Chicass 10, el grupo de reclusas formado dentro de la prisión para esta cita y otras anteriores desarrolladas con la colaboración de Nosotras Intramuros. Superados los nervios iniciales y una vez se hubo acomodado todo el público, las internas consiguieron finalmente que los asistentes participaran de su actuación. Lo hicieron tan sólo en parte, porque al colectivo masculino representado en la sala no pudieron convencerlo para que se unieran a los bailes. Los hombres, eso sí, acompañaron con sus palmas las actuaciones preparadas por sus compañeras en la prisión.

En un acto de estas características, en el que presos habitualmente separados comparten por unas horas un mismo espacio, los funcionarios de la cárcel tienen que cuidarse de vigilar y seleccionar a los reclusos a los que se les permite la asistencia. A las madres que cumplen condena mientras educan a sus hijos se les niega su participación en este tipo de actividades en las que coincide un número abundante de presos. El motivo es proteger lo máximo posible a los menores del ambiente carcelario y el contacto con el resto de reclusos. También hay que tener precaución, según indicó un funcionario, en el momento de seleccionar a los internos a los que se les permite participar en estos actos, unos módulos son más recomendables que otros por su peligrosidad o el tipo de condena que cumple cada preso.

Una pausa entre baile y baile sirvió también para la lectura de algunos extractos de la obra más conocida de Antoine de Saint Exupéry, El principito. Así, varias de las mujeres que ayer celebraron el Día Internacional de la Mujer recordaron los episodios en el que el pequeño príncipe se encuentra con un rey que hacía años que no escuchaba un bostezo o con un zorro que lamentaba las armas del hombre.