El afán por peatonalizar las zonas históricas de las ciudades ha provocado que la mayoría de las ciudades españolas y europeas hayan optado por liberar de coches las calles donde se encuentran sus monumentos más preciados.

La ciudad es la única urbe gallega que todavía no se ha sumado a esta tendencia, que también resulta apreciable en capitales de provincia con un tamaño similar al de A Coruña. Oviedo, Salamanca, Granada y Valladolid son sólo algunos de los muchos ejemplos que pueden encontrarse a lo largo y ancho de toda España.

Los residentes de la Ciudad Vieja llevan años reclamando que los vehículos se alejen de una vez por todas de las valiosas calles pavimentadas de piedra y dejen de taponar las fachadas de edificios históricos.

La imagen de una de las portadas de la colegiata prácticamente taponada por vehículos mal estacionados es una de las estampas que siempre enseñan los residentes para demostrar hasta qué punto el tráfico resulta dañino para el patrimonio cultural que se concentra en el casco histórico coruñés.

La asociación vecinal del barrio explicó que la circulación de vehículos no sólo deteriora la imagen de la zona, sino que también propicia el rápido deterioro físico de pavimentos que no fueron concebidos para soportar el peso de turismos e incluso de camiones.

Sin acuerdo

El alcalde manifestó a principios de este año que el Ayuntamiento y los residentes habían alcanzado un acuerdo para la peatonalización de la zona, una afirmación que se encargó de desmentir la presidenta de la asociación vecinal del barrio, Rosa Quiroga.

La dirigente de la entidad de residentes aseguró que no existe ningún "plan concreto" y que los vecinos siguen esperando a que el Gobierno local muestre interés por desarrollar una medida que ya han aplicado la mayoría de las capitales de provincia españolas.