Los peritos del Centro Oceanográfico carecen de medios para determinar el tiempo que estuvo solo en la piscina del Liceo Diego Novo, el niño de cuatro años que murió durante una clase de natación el pasado 30 de marzo. El fiscal pidió que los especialistas examinasen la grabación de una cámara de vídeo que enfoca una de las esquinas de la piscina en la que falleció el niño. En las imágenes se aprecia que aparecen unas ondas a las 10.38 horas, pero los peritos son incapaces de precisar si son consecuencia de una supuesta caída del pequeño o si se corresponden al momento en el que una monitora se tiró al agua para salvar al fallecido.

La Policía Científica recomendó a la magistrada del Juzgado de Instrucción número 3 en su informe sobre los hechos que remitiese las imágenes al Centro Oceanográfico para que los técnicos determinasen el origen de las ondas. La entidad, sin embargo, remitió un escrito al Juzgado que investiga la muerte del menor en el que admite que no cuenta "con peritos, ni con medios que permitan reconstruir, ni explicar la producción de ondas que se produjeron en la piscina".

"Nuestra especialidad es el mar y los fenómenos físicos que influyen en corrientes y mareas, especialmente en relación al forzamiento meteorológico y climático, pero no en las ondas que se producen en una piscina de agua dulce", subrayan los especialistas. Los agentes que elaboraron el estudio para el Juzgado tampoco pudieron precisar a qué hora salió el niño del agua ni cuánto tiempo estuvo sumergido.

La dirección del centro aseguró el mismo día en el que falleció el menor que sólo había estado bajo el agua unos segundos, pero el médico del 061 que acudió al colegio para intentar reanimar al pequeño afirmó que tuvo que tuvo que estar bajo el agua al menos diez minutos. El facultativo insistió en que si hubiese estado menos tiempo hubiese sido posible salvarle la vida. El análisis que realizó la Policía Científica confirma que el cuerpo del pequeño estaba cianótico, es decir, que cuando fue rescatado su piel estaba azul.

El abogado de la familia Novo, José Luis Gutiérrez Aranguren, considera "suficiente" el informe técnico policial sobre el vídeo de la piscina y exige a la juez que instruye el caso que cite a declarar en calidad de imputados al director técnico, al jefe de estudios y a los copropietarios del colegio. "Del resultado de las diligencias de investigación practicadas se deduce la existencia de elementos incriminatorios más que suficientes para imputarlos", sostiene el letrado que ejerce la defensa de la familia de la víctima.

El vídeo de la cámara que graba parte de las instalaciones de la piscina desveló que la monitora que se hizo cargo de la clase de Diego Novo salió del agua algo más de dos minutos para ir al aseo. Tanto en la declaración que prestó en comisaría como en su primera comparecencia ante la juez, la mujer negó haberse ausentado del recinto, algo que desmintió la grabación, en la que se ve cómo abandona la clase entre las 10.29 y las 10.31 horas. La monitora aseguró en su segunda declaración ante la magistrada que no recordaba si había dejado a alguien a cargo de la clase cuando se fue al aseo aunque sí afirmó que cuando regresó los niños estaban en el agua. El abogado de la familia del menor cree que el alumno salió de la piscina a las 10.25 horas para ir al baño. Alguien le sacó la burbuja y se fue solo a los aseos. Al regresar, según la versión de Gutiérrez Aranguren, el Diego Novo se metió en el agua sin darse cuenta de que no tenía la burbuja y se ahogó en medio de sus compañeros.