Hasta ayer, José Antonio se subía, cada día, al tren de las siete de la tarde que le llevaba a Ferrol; a partir de hoy, como este servicio desaparece, sabe que ha de cambiar de rutina. "¿Ahora? Al bus, no queda otra", responde. Lo que es bueno para los usuarios que tienen que hacer combinaciones para llegar a Vigo o a Monforte es malo para él.

"Esperemos que lo vuelvan a poner cuando cambien de nuevo los horarios", confía José Antonio, antes de emprender el viaje.

"Sácalo bien que es el último viaje que da", bromeaba ayer uno de los operarios del viejo tren que partía a las siete de la tarde hacia Ferrol, al ver que le estaban sacando fotos.

Raúl viene a A Coruña en tren porque "el bus es más caro", pero reconoce que se le hace "largo" el viaje por las vías. Para María, los tiempos deberían reducirse más, hasta llegar a igualarse con los del autobús, dice mientras sube las escaleras del último viejo tren a Ferrol y acomoda en él su bicicleta y su mochila. "Es que venimos de hacer el Camino de Santiago", comenta.

"Si coges el tren todos los días, merece la pena cambiar tiempo por dinero", asegura José Antonio, porque cree que, durante el trayecto, se pueden hacer muchas más cosas que viajar. "Leer, estudiar, dormir... aprovechar el tiempo", resume. A partir de ahora tendrá que acostumbrarse a otra manera de llegar a Ferrol, a la de la carretera, porque el tren que cogía a diario ya no funcionará.