La Comisión Europea se ha cansado de esperar y ha llevado a España ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo por incumplir de forma "grave y continuada" -desde hace nueve años- la normativa que obliga a contar con un sistema adecuado de depuración de aguas residuales en A Coruña, que forma parte de una larga lista de 38 poblaciones españolas que no reúnen los requisitos mínimos. Las obras de la nueva depuradora de Bens y su emisario submarino todavía no están terminadas, y desde la vieja estación se derraman al mar miles de litros de aguas fecales procedentes de la ciudad y el área metropolitana. El reguero marrón se puede observar incluso a través de imágenes por satélite.

La directiva europea sobre el Tratamiento de las Aguas Residuales Urbanas, en vigor desde 1991, marcaba el 31 de diciembre del año 2000 como fecha límite para que los países comunitarios se adaptasen a la legislación y contasen con sistemas adecuados para la recogida y depuración de las aguas residuales que se generan en núcleos de más de 15.000 habitantes.

Desde Bruselas enviaron una primera carta en 2004 en la que advertían a España de que un "considerable número de ciudades", incluida A Coruña, incumplía los requisitos marcados en esta normativa. La Unión Europea reiteró sus quejas en diciembre de 2008. Sin embargo, la espera no ha surtido efecto y, al final, optó ayer por denunciar a España ante el Tribunal de Justicia de Luxemburgo. Son 38 ciudades, entre las que se encuentran A Coruña, Santiago y Gijón.

"Es inadmisible que hayan transcurrido más de ocho años desde el vencimiento del plazo -en realidad, nueve años y cuatro meses- y que sigan sin dar cumplimiento a esta normativa tan importante", lamentó ayer el comisario de Medio Ambiente, Janez Potocnik, tras recurrir al Tribunal de Justicia de la Unión Europea para que depure responsabilidades en este asunto.

Los organismos comunitarios advirtieron de los "peligros" que supone para la salud de las personas y para los ecosistemas no tratar de forma correcta las aguas residuales urbanas: "Las aguas residuales no depuradas pueden estar contaminadas por bacterias y virus nocivos, presentando un riesgo para la salud pública. También contienen nutrientes, como nitrógeno y fósforo, que pueden dañar las aguas dulces y el medio marino al favorecer la proliferación excesiva de algas que asfixian otras formas de vida".

Los reiterados incumplimientos en el caso de A Coruña se deben a los retrasos en la construcción de la futura depuradora de Bens, que en principio, según los últimos plazos marcados, debería estar ya en periodo de pruebas para empezar a funcionar. El emisario de la vieja depuradora está roto desde hace años -el Gobierno descartó repararlo y apostó por la construcción de la nueva estación-, por lo que en vez de bombear las aguas residuales depuradas al interior del mar la realidad es que se esparce por todo el litoral -en función de las corrientes- un flujo de aguas fecales.

La contaminación afecta de forma especial al ecosistema marino. La ría coruñesa permanece cerrada al marisqueo desde hace tres años y su regeneración está pendiente de los proyectos autonómicos y estatales. El Gobierno pospuso su plan de recuperación hasta que la Xunta logre acabar con los vertidos. La Consellería de Medio Ambiente aseguró ayer que su intención es presentar a finales de este mes a la Comisión Europea su plan para reducir los niveles de contaminación existentes en la ría de A Pasaxe; una vieja demanda de los mariscadores de a pie y a flote que ahora sólo pueden realizar trabajos de cría de marisco y de limpieza de los fondos marinos.