A nadie le resulta grato que le roben. Si el objeto sustraído pertenece a algo tan relacionado con la intimidad como la ropa interior, la indignación de la víctima puede ascender varios peldaños. Y si además el hurto se produce a plena luz del día y con unos métodos concienzudamente preparados, el malestar se dispara. Por todo ello, un grupo de vecinas del barrio de Labañou ha dicho basta y se ha propuesto desenmascarar al desconocido que desde hace semanas les roba de sus tendales sus prendas más íntimas. Se han cansado de ver cómo les desaparecen las bragas, a pesar de que en algunos casos se encuentran en los tendederos de los pisos altos.

Los robos comenzaron hace aproximadamente un mes, sin que hasta el momento se haya obtenido un perfil claro sobre el peculiar bandido. Todo cuanto se ha podido averiguar es que suele vestir con una gorra, lleva media melena y su edad oscila entre los 30 y los 40 años. De lo que se sabe algo más es sobre los métodos que utiliza para conseguir sus botines. A falta de más datos, ha sido bautizado como el "Capitán Bragas".

Para aquellas prendas menos accesibles, el ladrón parece que cuenta con una especie de utensilio similar a los que se usan para pescar, según los testimonios recogidos por una vecina que mantiene el blog del barrio (www.ungatoenlaventana.com) y que se ha convertido en canalizadora de las quejas de las mujeres que temen convertirse en víctimas del ratero.

Donde no alcanza con sus propias manos, el sospechoso lanza una cuerda con un garfio atado en uno de sus extremos que le permite hacerse con las prendas íntimas que desea, según recoge la bitácora digital y confirma su responsable. La respuesta por parte de las víctimas no se ha hecho esperar y han diseñado un sistema igual de elaborado para evitar que el caco siga campando a sus anchas en el grupo de viviendas María Pita, muy próximas al Millennium.

Hartas de tener que contar las prendas que ponen a secar en los tendales antes de colgarlas, un grupo de vecinas intentó descubrir al ladrón in fraganti. Para ello ataron al tendedero varias latas con la esperanza de que, una vez el "pervertido" se acercara para llevarlas, fuera delatado y descubierto por sus víctimas. La treta no ha dado resultado por el momento, a pesar de que varias vecinas se pasaron un buen rato agazapadas en sus viviendas a la espera de que asomara el ladrón. El fracaso obtenido no ha hecho que las mujeres se rindan y preparan nuevas estrategias.

Las recelos y sospechas hacia los adolescentes que habitualmente se reúnen en la zona se esfumaron cuando se ofrecieron a ayudar a las mujeres a encontrar al escurridizo ladrón. Con ello, el cerco sobre el bandido continúa cerrándose en espera de que dé sus frutos o por el contrario el individuo abandone sus actividades ante el temor de ser descubierto por las vecinas. Sea cual sea el desenlace, los robos de prendas íntimas continúan siendo el tema de conversación preferido en el barrio y especialmente en el grupo de viviendas sociales María Pita. No hay día en que las mujeres que bajan a sus perros a pasear por la zona no comenten los extraños sucesos que se vienen produciendo en Labañou desde las últimas semanas. ¿Quién es el misterioso ladrón? ¿Es un vecino del barrio? ¿Lo conocen sus propias víctimas y no tienen ni idea? ¿Qué le mueve para efectuar estos misteriosos robos? Estas son las preguntas más repetidas entre las vecinas en los corrillos habituales. Esas y las que hacen referencia al lugar al que se dirige cuando perpetra alguna de sus acciones. Las últimas revelaciones llegan vía blog y apuntan a que el caco se dirige hacia el barrio vecino de Os Rosales cuando logra hacerse con alguno de sus objetivos entre los bloques de viviendas.