Un accidente laboral sucedido el 11 de mayo de 2001 en las obras de construcción del Hotel Husa, en A Grela, sentó ayer en el banquillo de los acusados del Juzgado de lo Penal número 4 de A Coruña a ocho imputados, entre los que están el administrador de Invest Cost -promotora de los trabajos- y el encargado y el jefe de la obra, ambos empleados de Fadesa. Los otros cinco acusados son dos arquitectos que aprobaron el plan de seguridad elaborado por Fadesa, los administradores de dos subcontratas y un técnico de prevención.

La Fiscalía y las abogadas de la víctima, Lucía Rama y Marta Pato, responsabilizan a los ocho procesados de la caída que sufrió el operario y les imputan un delito contra la seguridad laboral y otro de lesiones imprudentes. El representante del Ministerio público exige que cada uno de ellos sea condenado a un año y seis meses de cárcel y al pago de una multa de 3.240 euros. La acusación particular, por su parte, solicita dos años de prisión y el abono de 18.000 euros.

Las letradas de la víctima piden a la juez que imponga a las cuatro empresas implicadas -la promotora, Invest Cost; la constructora, Fadesa; y las dos subcontratas, Eshor y Tauro- el pago de una indemnización de 39.000 euros, mientras que la Fiscalía exige que abonen al perjudicado 36.000 euros. A las solicitudes de las acusaciones hay que sumar los intereses de nueve años, por lo que las cantidades podrían duplicarse.

El operario, según el fiscal, se precipitó desde una altura de 4,30 metros cuando trabajaba en el hormigonado de la primera planta del edificio tras recibir el impacto de la manguera que utilizaba uno de sus compañeros para verter el cemento. La Fiscalía y las abogadas de la defensa consideran insuficientes las medidas de seguridad que adoptó la empresa, ya que el espacio sólo estaba protegido por una barandilla. Las acusaciones sostienen que la compañía debería de haber facilitado al obrero un arnés o instalado una malla para evitar la caída.

El denunciante fue trasladado al hospital porque sufrió la rotura de un tobillo y de tres costillas, y le quedaron como secuelas cicatrices en el dorso y una limitación en el pie lesionado. Para sanar de las heridas necesitó 164 días. Al reincorporarse al trabajo, el joven, que tenía 30 años, sufrió otra caída y los daños de la primera complicaron su curación, por lo que sus abogadas reclaman que sea indemnizado por los 235 días que volvió a estar de baja.

Los dos arquitectos que aprobaron el plan de seguridad y salud de la obra elaborado por Fadesa aseguraron ayer durante el juicio que "normalmente" cuando se realiza el hormigonado en un primer piso solo se pone una barandilla como medida de seguridad. "No había sitio físico para colocar unas redes y no era necesario ponerlas", afirmó uno de los técnicos, quien insistió en que Fadesa les informó de que todos los trabajadores tenían sus equipos de seguridad individuales. La abogada que defendió a la víctima indicó que la constructora solo había puesto a disposición de los obreros tres cinturones de seguridad. "Los que estaban trabajando en alturas tenían arnés", recalcó otro de los arquitectos.

La vista contra los ocho imputados por el accidente continuará hoy en la Audiencia, que le cedió su sala al Juzgado de lo Penal número 4 por falta de espacio.