Aprovechar las infraestructuras ferroviarias existentes en la ciudad y su área metropolitana para la implantación de un metro ligero que responda a una filosofía intermodal -conectado con los demás medios de transporte-, con un presupuesto coherente con la situación económica actual y un servicio que no se limite al municipio coruñés. Estas son las líneas básicas del nuevo estudio de viabilidad del metro ligero que presentó ayer el director xeral de Mobilidade, Miguel Rodríguez Bugarín, y cuyo pliego de condiciones de licitación se publicará hoy en el Diario Oficial de Galicia.

El nuevo estudio de viabilidad del metro ligero de A Coruña se realizará en tres fases que, según Rodríguez Bugarín, terminarán en el tercer trimestre de 2012 con el anteproyecto y los estudios económico y financiero, de modo que los coruñeses puedan utilizar el nuevo transporte público antes de 2015, última fecha prevista para la llegada del AVE a la comunidad gallega, "si todo sale bien", puntualizó el director xeral.

Aunque el representante de Mobilidade no echó por tierra los anteriores informes sobre el metro ligero -el Ayuntamiento solicitó el primero en el año 2000, del que surgió el actual tranvía, y el Gobierno del bipartito licitó otro estudio en 2006-, sí aseguró que "hasta ahora no se había convocado la redacción de un informe serio", y explicó, uno a uno, los motivos por los que el estudio de viabilidad realizado por la anterior Xunta resultó, en palabras del delegado territorial del Gobierno autonómico en A Coruña, Diego Calvo, "totalmente cojo y fuera de la senda del sentido común". El actual Gobierno autonómico invertirá medio millón de euros en la redacción del nuevo estudio de viabilidad, del que pretende disponer en un máximo de treinta meses.

Rodríguez Bugarín destacó la necesidad de que el metro ligero dé servicio no solo al municipio de A Coruña -como establecía el anterior estudio-, sino a toda su área metropolitana, tanto desde un punto de vista técnico y de servicio como económico. En este punto, el director xeral criticó que el texto licitado en 2006 no hiciese referencia a los accesos a la ciudad, "a pesar de señalar que constituyen la parte crítica del transporte actual".

También desde el punto de vista técnico, el responsable del departamento autonómico de Mobilidade subrayó que el modelo que ayer desecharon planteaba un trazado ferroviario que "no encaja con lo que se entiende con un metro ligero moderno". Explicó que el estudio del bipartito contemplaba tramos de vía única, como en la avenida de Navarra o en la calle Panaderas, que obligan a especializar las calles en el sentido de circulación, de modo que los usuarios "tengan que buscar la parada de una misma línea desplazándose dos o tres manzanas en función de la dirección que deseen tomar" -convirtiéndose, puntualizó Rodríguez Bugarín, en "vías segregadas"-. Un trazado, añadió, "que constituiría una limitación a la operatividad y a la capacidad de la línea en cuestión".

El que fuera director de la Escuela Técnica Superior de Ingenieros de Caminos en la Universidade da Coruña citó también "las irregularidades" del anterior estudio en los radios mínimos de curva de los sistemas ferroviarios y explicó que, en los metros ligeros, "no es recomendable que pasen de 25 metros", frente a los 20 que establecía el informe "o los 15 metros reales de las curvas del trazado propuesto en 2006". Rodríguez Bugarín matizó que, con radios "tan pequeños", las ruedas producen mucha más fricción al girar, con el consiguiente desgaste de las mismas y el "incómodo ruido para los vecinos".

En cuanto al ancho de vía, el director xeral de Mobilidade criticó que "no aparecía reflejado en ningún sitio", al igual que el aprovechamiento de las infraestructuras existentes, las cuales, aseguró, "se tendrán presentes en el nuevo estudio técnico del metro ligero". En este punto, aunque Rodríguez Bugarín confesó que las vías del tranvía de la ciudad tienen "un trazado muy complicado y un ancho métrico con el que no conviene hipotecar la infraestructura de toda la comarca" -e incluso de Santiago y Vigo, cuya parte técnica aspira a ser la misma-, confirmó que una de las claves del proyecto que se determinará en el estudio será el "posible aprovechamiento de las vías actuales del área metropolitana".

Además, el representante de la Consellería de Territorio, Medio Ambiente e Infraestruturas señaló que la introducción de un sistema "tan importante y costoso" como es el metro ligero repercute de un modo "muy significativo" en la ciudad -como posibles modificaciones del tráfico o de los aparcamientos-, algo que, denunció, "tampoco incluye el informe anterior". Rodríguez Bugarín aseguró que el estudio contemplará el impacto del nuevo medio de transporte para los coruñeses y la importancia de que sirva para "mejorar la calidad de las zonas por las que pasa, modificando la circulación y favoreciendo la peatonalización".

El otro punto del informe que la Xunta considera "deficiente" y por el que publica un nuevo estudio, es el modelo económico-financiero, que, indicó el director de Mobilidade, planteaba la implantación del metro ligero con "costes que habían sido considerados de forma baja y con ingresos mayorizados".

Rodríguez Bugarín reiteró la "clara inspiración metropolitana" del proyecto, un metro ligero que sirva "para potenciar todos los servicios de transporte público del área metropolitana y que responda a una filosofía intermodal", y aprovechó para anunciar que la tarjeta de transporte público de Galicia "será implantada en un breve período de tiempo".