Les pagaban el billete de Brasil a Galicia para que ejerciesen la prostitución. Algunas sabían el coste de su pasaje; otras, no. Al llegar las obligaban a trabajar en clubes de alterne de toda Galicia, entre ellos algunos de A Coruña, y no las liberaban hasta que abonasen a los dueños de los locales los 3.000 euros que habían pagado por sus billetes. Así actuaba, según el fiscal, una organización que introducía a brasileñas en Galicia para que trabajasen en clubes de alterne.

La mujer que contactaba con las jóvenes en Suramérica, los dueños de cuatro prostíbulos y dos trabajadores de la agencia de viaje que les facilitaba los billetes de avión se sentarán esta semana en el banquillo de la Audiencia Provincial de Santiago. La Fiscalía exige para los ocho imputados, que en su mayoría estarán defendidos por el letrado José Ramón Sierra, penas que oscilan entre los cinco y los 46 años de cárcel.

El representante del Ministerio público relata en su informe sobre los hechos que una de las acusadas, K.A.L., servía de enlace a los dueños de los prostíbulos. La mujer localizaba a las víctimas en Brasil y les entregaba el dinero que le daban los propietarios de los clubes para que viajasen a Galicia. La imputada, para la que la Fiscalía solicita nueve años de prisión, se quedaba con un porcentaje del dinero.

Los cinco dueños de los locales, situados en A Coruña, Santiago y Ourense, no liberaban a las jóvenes hasta que les devolvían los 3.000 euros que costaban sus billetes. El Ministerio público pide al tribunal que imponga a tres de los cinco dueños de los clubes 12 años de cárcel y el abono de una multa de 9.000 euros; y 15 años de prisión y 13.500 euros para el titular de un local situado en Vilarrodís (Arteixo).

Uno de los procesados se enfrenta a 46 años de prisión y al abono de 72.000 euros. Algunas de las mujeres que trabajaban en su establecimiento testificarán en su contra. El acusado, según el Ministerio público, descontaba a las víctimas lo que ganaban en su club hasta que conseguía que le pagasen los 3.000 euros. El sospechoso agredió a una de las chicas que intentó marcharse del prostíbulo sin hacer efectiva la deuda.

"La persiguió y la agarró fuertemente por un brazo para obligarla a volver, y cuando ella le manifestó que llamaría a la policía, le dijo que no quedaría así", relata el fiscal en su informe sobre los hechos. El individuo también les imponía multas por cada día que no atendían a clientes y obligó a una joven a ejercer la prostitución. La denunciante, que declarará en la vista oral, aseguró que desconocía que viajaba a España para trabajar en un club de alterne.

La Fiscalía también solicita a los jueces que condenen a cinco años de prisión a la propietaria y a un empleado de una conocida agencia de viajes que facilitaban los billetes de avión a la mujer que localizaba a las chicas en Brasil. Los imputados, según el fiscal, les proporcionaban las rutas adecuadas para que las jóvenes no fueran descubiertas a cambio de una comisión de 200 euros. Tanto el trabajador de la agencia como la dueña están acusados de ser cooperadores necesarios para la red de prostitución.

El representante del Ministerio público imputa a la encargada de contactar con las víctimas un delito contra el derecho de los ciudadanos extranjeros y considera que los propietarios de los locales de alterne son culpables de delitos de prostitución y contra los derechos de los ciudadanos extranjeros.

La policía desmanteló la organización a través de escuchas telefónicas. Los agentes también investigaron las cuentas corrientes de algunos de los ocho procesados, que serán juzgados esta semana en la Audiencia Provincial de Santiago. Algunas víctimas declararán en la vista como testigos protegidos.